LIBROS PUBLICADOS POR Eduardo García Carmona

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sábado, 14 de junio de 2025

Mis amigos de la pesca: AURELIO FERNÁNDEZ HERRERO, pescador palentino...

 



AURELIO FERNÁNDEZ HERRERO
, pescador palentino para quien “un río con vida es un espectáculo tremendo” ha sido el último delegado de España en el mundial de salmónidos mosca

 

Texto y fotos: Eduardo García Carmona y otros

 


AURELIO FERNÁNDEZ HERRERO
, es un palentino nacido un día 24 de Agosto, cuando sol calienta 
más.

Le conocí compitiendo en La Semana Internacional de la Trucha de León hace un montón de años, a la que acudía siempre que podía y el sorteo le dejaba, no como ahora.


Entablé conversación con nuestro protagonista cuando nos vimos en Cantabria, en Ampuero, en una edición del Máster de Campeones de Pesca. Allí, y por las calles de esta bella localidad cántabra, pudimos hablar de pesca y tomarnos unos vinos en compañía de otros compañeros.


En la distancia corta es cuando mejor puedes conocer a una persona, siempre que se abra y se muestre tal como es. Aurelio es nítido y transparente como el agua del río que sueña. Es una persona amable, sincera, honesta y abierta al diálogo. Dicharachero, alegre, jovial y, amigo de sus amigos.


Allí en el Máster que organizaba el amigo Zapa, me enteré que comenzó a pescar en el río como la mayoría de los niños de su época con una caña que le regalaron los “Reyes Magos” y eso que en su casa nadie era aficionado a la pesca de la trucha. Su progenitor la única vara que conocía era la de sacar los reteles, por su gran pasión por la pesca del cangrejo autóctono.


Tanto salía Aurelio los fines de semana al río con sus padres, unas veces a pescar cangrejos y otras a pasar el día que, en la retina más tierna de su infancia se acumularon pasiones por pescar aquellos peces que salían de las orillas despavoridos cuando se acercaba a verlos.


Con aquella primera caña plagada de la ilusión más infantil hizo sus primeros pinitos con un corcho y miga de pan en el anzuelo.

No, no, los primeros peces conseguidos por Aurelio no fueron truchas, pero los tirones de las bermejuelas le dejaron marcado tanto que, aún siente el “respingo” por todo su cuerpo cuando “la reina del río” entra a su engaño y ¡mira que han pasado años!


Su pasión por el río y la naturaleza se acrecienta cuando comprueba que con la actitud actual de las personas, estamos matándola. Así tenemos encima "el cambio climático" que no es de ahora, es de hace muchos años cuando creíamos que nada se terminaría.


Siente impotencia ante el desmadre que padecen ríos y truchas, y se le acumula la impaciencia por la tardanza de la concienciación ciudadana hacia todo lo que nos rodea, la naturaleza.

La concienciación, dice, “es imprescindible para que el río y las truchas tengan un futuro, por ello he intentado que mis hijos  sientan la misma pasión que yo, así como mi esposa. He perseguido que sientan pasión por el entorno natural y hasta por el “aire que respiran”, porque ahí está su futuro y el futuro de quienes poblamos la tierra”.


Es un enamorado de los ríos de su tierra y, especialmente, por los de “la montaña palentina” aunque, siente pasión por el río Carrión al que suele salir a pescar con dos de sus primos. Los ríos de León le encantan y suela acudir, también a los de Asturias y Cantabria.


Es un “apasionado convulsivo” del montaje de moscas de pesca, arte del que se considera un artesano cada día más experto.

A las generaciones actuales, a los nuevos o futuros pescadores les pide que “tengan la capacidad de admirar y, sobre todo, respetar algo que a nosotros creo que nos ha costado demasiado tiempo aprender a respetar. Si conocemos, respetamos y, si respetamos, conservamos”.


AURELIO FERNÁNDEZ HERRERO
, ha sido el último delegado del equipo español de salmónidos mosca y aunque el equipo no ha conseguido precisamente el mejor resultado, las circunstancias no acompañaron, vendrán tiempos mejores porque España continúa siendo un potencia mundial de la especialidad.

Este palentino también ha estado al frente de la federación de pesca de su tierra, no con buen pie. 


Es un gran especialista en el lance pesado participando habitualmente en todo tipo de competiciones y ha llegado, en río y lago, a figurar entre los mejores habiéndose clasificado para los campeonatos autonómicos y nacionales.


Gracias, Aurelio porque por derecho propio ha pasado a engrosar la lista de “mis amigos de la pesca” y pese a algún díscolo contigo, por tus "años federativos" especialmente, no te preocupes pues problemas con la federación los he tenido hasta yo. Lo de siempre, “no hay mejor desprecio, que no hacer aprecio” y esto último, el aprecio, lo tienes con quien esto escribe y bien lo sabes.

sábado, 7 de junio de 2025

Mis amigos de la pesca: SAMUEL GARRIDO MARTÍNEZ (92 años), Subinspector-Guarda Mayor de pesca que lo fue...



SAMUEL GARRIDO MARTÍNEZ
(92 años), Subinspector-Guarda Mayor de pesca jubilado con 43 años al servicio de la pesca y los pescadores en León

 

Texto y fotos: Eduardo García Carmona

 


SAMUEL GARRIDO MARTÍNEZ
, nacido en Villapalacios (Albacete) en 1933, llegó a León en el año 1.956 procedente de la capital de España. Un familiar suyo, un primo, fue el causante del traslado mediando ante el General Moscardó, máximo responsable del deporte a nivel nacional, en aquellos años aunque fue el Ingeniero Jefe nacional del  servicio de pesca de ICONA, Guillermo Muñoz Goyanes quien hizo posible el traslada a tierras leonesas. A partir de ese momento, fue cuando un joven de 23 años sin ningún tipo de experiencia, llega a la provincia más truchera del país.

Pescador en el coto de Garaño

José Derqui
, ingeniero del servicio de pesca en León, le asignó a Barrios de Luna, recién construida la presa. Después de unos meses en el destino,  comprobó el duro invierno leonés, donde las nevadas y las grandes heladas le trasportaron a “un polo norte” totalmente desconocido para él. Samuel no podía aguantar más aquellas jornadas de frío y soledad, por lo que decide abandonar. El responsable de pesca en León le recomienda no irse. El servicio de pesca en la provincia acababa de crearse y podía significar un buen futuro. Es
Carlos Mondéjar con Carmona

cuando le ofrece trasladarse a la localidad de La Magdalena, centro neurálgico y comercial de la comarca, en pleno auge por la minería del carbón. La localidad, con mucho más ambiente para un joven de sus características, le sienta “como anillo al dedo”. Tanto que conoció a la mujer de su vida,
FLORENTINA GONZÁLEZ, con la que esposó años después. Por entonces ya era guarda del coto de Villarroquel, donde estuvo seis años. Por cierto, su padrino de boda fue Carlos Mondéjar, ingeniero de pesca. El vehículo que llevó a la novia a la iglesia era un SEAT 600, propiedad de éste.


El dinero de la mina corría con alegría en localidad de La Magdalena pero, el sueldo de guarda daba para la pensión y muy poco más.

Otra vez Samuel pretende marcharse.


El coto de Santa Marina, en el río Órbigo, era por entonces el “buque insignia” de la pesca en León. No le andaban a la zaga Bachende “El Internacional”, en la zona de Riaño, en aguas del río Esla, coto hoy en las profundidades del pantano.

Florentina, su esposa, era maestra en La Magdalena y para que Samuel pudiese quedarse en la zona, se decide crear, en aguas del río Luna, el tramo acotado de GARAÑO.


AURELIANO CRIADO OLMOS
, ingeniero de pesca en aquellas fechas, ofrece su cuidado y vigilancia a Samuel Garrido. Sólo le dijo una cosa: “espero que a la vuelta de poco tiempo sea mejor que Santa Marina”. Así ocurrió. En tres años, sus truchas y condiciones, le dieron tanta fama que llegó a traspasar las fronteras nacionales, superando al de Santa Marina.



Garaño llegó a tener la trucha autóctona más apreciada de la provincia. La calidad de sus ejemplares, su talla y peso, así como su abundancia le situó en cabeza de las preferencias de pescadores españoles y extranjeros, especialmente franceses, que ya comenzaban a utilizar la mosca seca, un arte totalmente desconocido en León.

Recuerda Samuel que por este tramo acotado pasaron las mejores cañas del mundo, así como altas personalidades, caso del Ministro López Rodó, el Nuncio de la Santa Sede, Monseñor Dadaglio, generales españoles, marqueses, duques, embajadores de otros países...



De Monseñor DADAGLIO
cuenta una anécdota,

“Era un 19 de Marzo y hacía un frío tremendo. Por más señas nevaba. El Nuncio de su Santidad, pese a la hoguera improvisada, no aguantaba las inclemencias del tiempo, por lo que le acompañé, junto con sus amigos y séquito, a Vega de Caballeros, donde comieron.


De vuelta al río compruebo que estaba pescando en Garaño un sacerdote asturiano, de Gijón, y tenía una captura preciosa. Se trataba de una trucha hermosa, de pintas rojas intensas, que pesaba algo más de 2 kilos. Le digo que si no le importaría enseñársela al Nuncio. Este, incrédulo por la presencia de tan alta personalidad en el río, en ese momento comiendo, accedió pero insistiendo que solo verla, nada de regalársela, porque “si vuelvo a Gijón diciendo que he pescado una trucha de más de 2 kilos y no la llevo, no me van a creer”, apuntó. Así ocurrió. Monseñor nada más ver tan hermosa criatura no aguantó ni sobremesa. Raudo y lleno de ganas se puso a pescar en la explanada que existe en Garaño y disfrutó de lo lindo. Desde entonces a esa zona se la conoce como la explanada del Nuncio”.


Son tantas las anécdotas que me ha contado Samuel, que bien se podría escribir un amplio libro.

En Garaño vivió SAMUEL GARRIDO MARTÍNEZ los mejores años de su vida de trabajo en el río por la pesca y para los pescadores. Fueron años complicados por la carestía de medios. El río lo era todo para él, así que no importaban las horas de trabajo. La mayoría de las jornadas eran de 24 horas. No importaba. Como vehículo tenía una bicicleta. Como herramienta de trabajo, ilusión y ganas. Aquello parecía su propiedad, de ahí tanto empeño y tanto mimo.


Nuestro protagonista no quiere dejar pasar la oportunidad de dar a conocer una jornada de pesca del escritor MIGUEL DELIBES, en el coto de Garaño:

“Le dejé pescando en la zona baja. No conocía el tramo, por lo que se fio de mis consejos. Mientras pescaba


Miguel, yo decidí acudir a la zona alta del coto, en Mora de Luna. Allí las truchas se estaban cebando que era una maravilla. Acudí rápidamente a su encuentro, aconsejándole subir a dicha zona. En media hora sacó el cupo: 12 truchas por entonces. Pesaron más de 6 kilos. La única objeción del Sr. Delibes fue que había resultado demasiado fácil. Al año siguiente volvió con su hijo Juan. Entre los dos no consiguieron un cupo. Esto demuestra que no todos los días son iguales para la pesca, aunque quedaron enamorados del río Luna y la trucha de Garaño”.


No todo ha sido de color de “rosa”. En “el debe y haber de SAMUEL GARRIDO, guarda de pesca jubilado en 1.998, existen denuncias por furtivismo, desastres ecológicos con mortandad de miles de truchas y SALVAMENTO de pescadores en riesgo de perecer ahogados, como ocurrió con el director, por entonces del Faro de Vigo, quien en una jornada de pesca, metido en la isla que se forma en Garaño, cuando intentó salir no podía porque habían abierto las compuertas del pantano y a punto estuvo de ser arrastrado por el agua, “tuve que acudir rápidamente a la Central de Mora para que cortasen el agua. Testigo  del rescate fue el director del Hostal de San Marcos que también estaba pescando en la zona”.


Entre los desastres ecológicos vividos por Samuel hay que destacar la gran mortandad de truchas causada en el río Sil por culpa de unos vertidos de la central térmica existente en la zona. Cosas parecidas volvieron a ocurrir en otras ocasiones y en otros ríos.


El cambio de compuertas en el pantanín de Selga de Luna, también produjo la muerte de miles de truchas. La suelta de vertidos de cuadras de ganado, en el pantano de Casares, hizo posible que los purines terminasen con las truchas de todo el embalse, muchas superiores a los 2 y 3 kilos.


Otro tanto ocurrió en el Órbigo, por debajo de Veguellina, con los vertidos de la azucarera. Pese a las denuncias y las sanciones, comenta Samuel, nunca se ponía solución. Para algunas empresas era mejor pagar todos los años multas, a tener que montar un sistema de depuración de agua que costaba muchos millones de las antiguas pesetas. Las sanciones, en la mayoría de los casos ni se pagaban. Así comenzó a cundir el desánimo o frustración en la guardería que, cada vez, se veía más desprotegida, amenazada y falta de autoridad.


El coto de El Castillo, a causa del envenenamiento, por vertido de lejía por unos desalmados, en la zona de Las Cuadras de Manolo, acabó con más de 15.000 truchas muertas, arrasando el coto que necesitó 4 o 5 años para recuperarse.



Desastre sin precedentes fue la aparición de la Saproleginiosis, enfermedad que aún convive con la trucha en los ríos y que de vez en cuando aparece afectando, con sus manchas blanquecinas, a miles de ejemplares.


Con GARRIDO MARTÍNEZ he pasado muchas jornadas en plena naturaleza y en la orilla del río. He compartido amistad y me he sentado en algunas ocasiones en la mesa a compartir viandas “sirviéndome de guía asignado por la administración” para mis reportajes en Televisión de León. El si me ha visto y acompañado pescando pero nunca le he visto pescar en el río.


Lo mejor que tenido con Samuel ha sido la amistad
a lo largo de muchos años que, aún perdura, aunque nos vemos muy poco. Él atendido por su familia donde recibe todo el amor del mundo y yo, recordándole cada vez que paso por delante de su domicilio en La Magdalena (León), especialmente cuando hacemos la parada para tomar café o comprar el pan porque en ésta localidad leonesa existe una de las mejores panaderías del mundo, al menos para mí.

Carmona y Samuel

También recuerdo aquellas salidas hacia El Bierzo
que tanto nos gustaban. Con la sonrisa en la cara siempre me decía: “¿Carmona, cuándo vamos a nuestra finca a por castañas?”. Eran los años 80 y “la finca” se encontraba en los montes de la localidad de Sobrado donde, “castaños milenarios” nos esperaban junto a la carretera y un


poco más alejados. Llenábamos una bolsa para cada uno y después nos marchábamos a ver a Ramón Fernández Vidal y su esposa Gela (DEP ambos). Éramos como de casa. Íbamos a la huerta, embotábamos los pimientos del Bierzo que comprábamos para toda la familia y amigos de la capital, incluidos compañeros de trabajo y pasábamos un gran día en su compañía.

Qué tiempos.


Gracias, SAMUEL GARRIDO MARTÍNEZ por compartir tus historias y que continúes muchos años conservándote como en la actualidad, con más de 90 años de intensa vida y que pronto nos volvamos a ver por León.

Mis amigos de la pesca: AURELIO FERNÁNDEZ HERRERO, pescador palentino...

  AURELIO FERNÁNDEZ HERRERO , pescador palentino para quien “un río con vida es un espectáculo tremendo” ha sido el último delegado de Españ...