PAULINO GUTIÉRREZ GONZÁLEZ “ex guarda del coto El Castillo (León)”, ha fallecido a los 96 años (DEP)
Hasta
Miguel Delibes le inmortalizó en su libro, MIS AMIGAS LAS TRUCHAS
Texto y fotos: Eduardo García Carmona
PAULINO GUTIÉREZ GONZÁLEZ “el guarda de El Castillo” como se le conocía, era un personaje singular y único. A sus 96 años nos ha dicho adiós después unos meses postrado en el lecho a causa de los años y otras dificultades que no le impidieron, hasta días antes, pasar por “las
parroquias de Vegarienza, El Castillo y Pandorado, especialmente. Quizás eso, y la buena vida en plena naturaleza le mantuvo hasta casi ser centenario. DEP y nuestras condolencias y las de muchos, muchos pescadores, a toda su familia.
Todos los días hacía el recorrido junto a la orilla de “su río”, el Omaña y es que vivía en la casa que se construyó cerca del refugio de pesca del coto El Castillo (León).
PAULINO GUTIÉRREZ, aquel niño nacido en Getino y que con pantalón corto y un varal ya pescaba en el río Torío (León),
donde su familia regentaba LA VENTA DE LA HERRERA, cerrada desde hace un montón de años y abandonada prácticamente.
PAULINO,
el guarda del coto de El Castillo, en Omaña, era un personaje en el mundo de la
pesca.
Ostenta uno de los mayores privilegios que pueda tener una persona, un guarda, pescador y cazador, que también lo fue. Es el único a quien MIGUEL DELIBES le dedicó un capítulo en su libro, MIS AMIGAS LAS TRUCHAS.
El
ex guarda, gran conocedor del río Omaña, no es que haya compartido jornadas de
pesca con quien esto escribe, sino que, como con muchos otros pescadores que se
acercaban a pescar allí si tenía confianza, le llevaba a los mejores lugares de
pesca del tramo y le cogía la caña de mosquito ahogado para hacer
demostraciones de como pescar.
Tuvo muchos disgustos y situaciones críticas con los furtivos, especialmente con uno conocido en la zona como “Poblaciones”. Al final, le pilló en varios renuncios aunque era muy complicado, decía, tenerle controlado porque “tenía una caseta al lado del río”.
De
la sapina sabia más que nadie. Me comentaba, “entra en el agua y se acobardan las truchas. Se esconden”.
Ha
sido “el guarda”, el auténtico guardián del coto de El Castillo, un hombre que
casi dormía en el río para que nadie se lo “furtivease”. Ojo, y con la mayor
oscuridad de la noche se metía por veredas y caminos, sigiloso, para no meter
ruido. Vamos, “un auténtico zorro” del río.
Gracias, Paulino Gutiérrez, porque por derecho propio ocupas un lugar destacado entre los aficionados a la pesca y, porque nos hemos tomados más de un vino en el bar de Sandalio, o en el de Vegarienza o el de Resty, en el alto de Pandorado y
hemos compartido charlas muy interesantes y, aunque estás “sordo como una tapia” y has destrozado el coche, con el cual has conducido por esa carretera que casi conoces a ciegas, ni el cáncer, ni nada han podido contigo hasta que todas esas circunstancias y los años, te han llevado para el “otro mundo” un 20 de Junio de 2025.
DEP Paulino y cuida de tu río y tus truchas y espéranos muchos años.
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