ÁNGEL LUIS ACEITUNO CASTELLANO, un extremeño a quien le han “conquistado” las gargantas de Jarandilla de La Vera
Ahora,
enganchado al reo sufre la enfermedad pronosticada por Guy Roques en uno de sus
libros
Texto
y fotos: Eduardo García Carmona y A.L.A.C.
ÁNGEL LUIS ACEITUNO CASTELLANO, es un extremeño nacido en Plasencia en el año 1982, lo que significa que aún les restan muchos años de pesca y es bueno, muy bueno con la caña de mosca seca. Su tez morena y la barba de varios días, le dan ese aire desenfadado y joven que le hace aparentar menos.
A Ángel le conocí en el Máster de Campeones de Cantabria y, posteriormente, en el del Reo del Cares. Me dejó enamorado su forma de ver la pesca, de leer el río, de conseguir lo que parece imposible en un río en el que no se podía pescar aquella jornada pero, pescó.
Pese
a su juventud, lleva varias participaciones en competiciones provinciales,
autonómicas y nacionales, y aunque su objetivo es llegar a competir en el
equipo de España de pesca de salmónidos mosca, en algún europeo o campeonato
del mundo, lo cierto es que no tiene prisa y está convencido de que ese día
llegará.
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Garganta de Minchones con Ramón |
Recuerda cuando se inició en la pesca con 12 o 13 añitos, en las charcas de regadío de Jarandilla de la Vera, con una persona que ahora se encontrará pescando en el cielo. Él fue el culpable de meterle “el veneno de la pesca” en la cabeza. Bendito veneno, nos decía en una ocasión.
Es tan buen pescador como persona. Sabe estar en el río, disfrutar de él, de la naturaleza que lo rodea, de las gentes y compañeros de pesca y pocas veces se enfada, a no ser por alguna “salvajada” que vea contra la naturaleza. Ayuda a los demás y comparte sus experiencias, aunque siempre se guarda el último “as” en “la manga de su mente”.
ÁNGEL LUIS piensa que la pesca sin muerte y la práctica del arte de pesca a cola de rata o línea pesada, lo es todo para salvaguardar los peces y los ríos para futuras generaciones, aunque cree que las administraciones competentes en aguas y pesca deberían implicarse mucho más en el tema.
Se nota que le encanta la naturaleza, la vida al aire libre y, especialmente el río y la montaña. Esta última la disfruta con sus amigos y amigas siempre que tiene oportunidad, haga frío o calor, haciendo senderismo.
Aunque Aceituno Castellano no es demasiado elocuente y mide mucho las palabras, pudimos compartir jornada de pesca de reo en Asturias, en una de sus primeras andanzas para pescar al “príncipe del río”. Disfrutó tanto con éste pez que desde entonces y ya hace más de 15 años de aquello, no falta a su cita
con el Cares y el Sella cada año en tierras asturianas y es que “la reomanía” como ha apuntado en uno de sus libros el francés, Guy Roques, es “una enfermedad” que sólo se cura pescando. Qué gran verdad porque a mí me ocurrió algo parecido.
ACEITUNO CASTELLANO es “un andarríos” porque los quiere conocer y pescar todos.
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Con una trucha del Tormes |
En cierta ocasión quería pescar en el río Órbigo y le conseguí un pase para el EDS de Carrizo de la Ribera (León). Se plantó en León y pescamos juntos una jornada que no fue la más fructífera en capturas pero disfrutamos. Nos acompañó un buen
rato un gran pescador leonés, Luis Félix Fuertes Villanueva, que hizo de “cicerone” para Ángel Luis empeñado en conseguir una de las grandes capturas que existen en éste tramo del Órbigo donde se celebran muchas competiciones. Villanueva le llevó hasta la zona de “la poza de mierda” que así se la conoce y como
un auténtico “cazador a ballesta”, se agazapó en la orilla observando el agua y las evoluciones de los peces hasta que divisó “un tremendo mastodonte”. La truchona comía pero se sabía qué. Al final sigiloso y sin prisas supo atender las explicaciones de Villanueva hasta que “a la chita y callando”, apostado entre ramas de la orilla y utilizando la caña como ballesta, consiguió pinchar al pez que pesaría sobre cuatro kilos. Una buena aventura. Y claro está quedó prendado del río Órbigo al que volvió en muchas ocasiones más, incluso en competiciones oficiales.
Luis Ángel tiene un amplio curriculum en competición y ha estado en el cuadro de los mejores en los campeonatos autonómicos y nacionales, habiendo sido el ganador del Máster de La Vera junto a grandes campeones formando pareja, caso de Rubén Santos Becerro, pescador leonés de La Bañeza, con quien formó haciendo tándem en Jarandilla de la Vera llevándose el máster de su tierra.
Por cierto, este extremeño es un gran amante de la montaña y no será difícil encontrarle subiendo riscos o haciendo senderismo por Gredos y sus altos o en La Vera. Micológicamente, es un buen conocedor de hongos y amante de salir a buscarlos y degustarlos con los amigos.
Gracias ÁNGEL LUIS ACEITUNO CASTELLANO, por compartir alguna de tus jornadas de pesca e incluso mesa y mantel con “una botellina de sidra” por medio. Como en el Sella y el Cares, en Asturias o con un buen vino y una corra de chorizo de León a la orilla del río. Qué sea por muchos años, amigo.