JOAQUÍN LÓPEZ QUINTÁS “Joaco” para los amigos, un artista que plasma la realidad en lo artificial
De
cómo hacer vivir insectos y moscas llevando alegría a los más necesitados
Detrás
de las realista de Joaco se esconde muchas horas de trabajo y premios
internacionales como en el Slovenian Open Fly Tying Championship
Texto
y fotos: JLQ y EGC
JOAQUÍN LÓPEZ QUINTÁS, mis amigos me llaman Joaco, así mismo se presenta nuestro protagonista a quien tuve ocasión de conocer en varias ocasiones hace unos cuantos años, en la orilla del río Torío, junto a otros buenos amigos leoneses como Rodrigo Núñez “Lachis” y Agustín González “Gus”. Fue una jornada de pesca y conocimiento de una gran persona y excelente pescador amante de la naturaleza, muy comprometido con los ríos y sus peces.
De aquel primer encuentro, nació el “reencuentro” que se repitió un año después.
JOAQUÍN
LÓPEZ QUINTÁS nació en La Coruña 1960 y
comenzó a pescar con 11 años, de la mano de su tío Antonio, gran pescador.
Según nos cuenta, “recuerdo que lo primero que tuve en mis manos fue la típica caña de tramos de bambú, para pescar con cebo. Básicamente empecé con saltón, siempre me tiró más, el ver el ataque del pez. Tenía que esperar a las de vacaciones de verano, que era cuando los saltamontes se podían encontrar en todos los campos”.
Pronto se decantó por la pesca con boya o buldó porque la veía más dinámica y la temporada no dependía de la presencia de saltamontes. Con una caña regalada por su tío, algunas boyas y moscas ahogadas que se podían encontrar en La Coruña, tuvo material para unos años, pero, el ver a su tío y su amigo, Carlos Mondéjar pescar con cola de rata, “se
enamoró” de éste arte. Fueron ellos los que le dieron las primeras lecciones iniciándose en esta maravillosa forma de pescar. Con sólo 15 años, hacía sus “primeros pinitos” en los ríos gallegos, ríos enmarañados de maleza, así como en los más despejados que eran una maravilla y una salvación. En esta primera etapa, siempre usaba dos moscas ahogadas, aguas abajo, y desde la orilla o donde sus “botas Gaviota” le dejaban introducirse en el río. Más tarde, pudo tener su primer vadeador, del que no sabía decir si era de goma, plástico o una mezcla, nada de transpirables.
Tuvo la suerte de pescar a mosca a finales de los años 70, en los mejores cotos de León, gracias a conocer a Carlos Mondéjar, que en aquella época, era un cargo importante del ICONA en León.
Mondéjar,
había creado la primera colección de moscas secas en España, Moscas Lea, y alguna
me regalaba. “En aquella época era raro
ver a pescadores de mosca en Galicia y muchos pescadores se quedaban mirando
que hacías vareando el aire con una línea gorda y haciendo filigranas con una
mosca”, apunta.
Le entró “el gusanillo” de atar o confeccionar sus propias moscas pero, “entre el poco conocimiento y falta de experiencia, también la escasez de materiales, aquello era una quimera”, nos cuenta y continúa,
“Una vez pescando a
mosca en el Tambre, se me acercó un pescador y estuvimos hablando un buen rato,
más bien yo escuchaba, era francés, pero hablaba un castellano muy entendible.
Al ver mis moscas, las mías, debió quedar asustado y me llevó hasta su coche,
abrió el maletero, sacó sus bártulos y en directo tuve la primera master class
de atado. Aquello fue el detonante e inicio de una gran pasión que no he dejado
desde entonces”.
Al cabo de unos años ya se podía comprar algo de material de montaje en tiendas y sobre todo, pedir a Inglaterra. Con eso se abrió un gran abanico de posibilidades al atado.
LÓPEZ
QUINTÁS apunta: “Recuerdo y conservo
catálogos de Codimovil, Pereda, los primeros de J.Huerga, Sportfish y otros. La
primera caña que me compré por mis medios y que me costó todo el sueldo de un
mes, fue una Hardy Graphite 8´5 pies y línea 5/6 una maravilla para la época.
Siempre he atado mis moscas para pescar y todavía sigo haciéndolo, pero otra disciplina o entretenimiento dentro del atado que me enganchó es el atado realista, esta afición viene de la mano de mi paisano y amigo ANDRÉS TOUCEDA, no llevo mucho tiempo atando realistas, pero ya llevo unas cuantas hechas”.
Ha participado en muchas exhibiciones de atado en diferentes partes de España pero, un buen día, le dio por participar en un concurso internacional que se celebraba en Alemania, quedando segundo clasificado en la categoría realista.
En otra ocasión se presentó, por primera vez, en el concurso de atado más antiguo de Europa, EL SLOVENIAN OPEN FLY TYING CHAMPIONSHIP 2019, siendo descalificado por presentar sólo una mosca, cuando había que presentar dos moscas idénticas. Le quedó un “mal sabor de boca” y en el 2020 se volvió a presentar, enviando las dos y quedó en primer lugar, consiguiendo 500 puntos de los 500 posibles, la mayor puntuación en la historia moderna del concurso.
Pescador
de seca principalmente, también le gusta pescar en el mar, sobre todo calamares,
para lo que también se fabrica sus propios peces de calamar.
En cuanto a pesca de salmónidos, es pescador conservacionista convencido y practicante.
En Pescarmona, les presentamos una pequeña parte de la colección de MOSCAS REALISTAS DE “Joaco”, un gallego singular a quien su corazón le indica ayudar a todo el mundo y no sólo en la pesca, que también, sino en otros órdenes de la vida y así, en la pasada Navidad, quiso llevar un poco de alegría los hogares más necesitados y, colaborando con CÁRITAS de La Coruña, organizó en su Facebook una recaudación con la que participamos. El regalo, con el donativo para la causa ha
sido una mosca realista “LA VELUTINA”. Cuando recibí la mosca en mi domicilio pude comprobar una descripción que venía con una nota firmada: “NUNCA UNAS POCAS VELUTINAS HAN HECHO TANTO BIEN”.
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