LIBROS PUBLICADOS POR Eduardo García Carmona

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viernes, 1 de octubre de 2021

Mi primer viaje de pesca a Chile fue en 2008…

PESCANDO ENTRE VOLCANES en los ríos Puelo y Petrohué



Donde La Patagonia Chilena te hace tocar el cielo

Al final se consiguieron 23 salmones Chinook y gran número de truchas fario, arco iris y marrones


Se batieron dos récords, según los guías, un salmón de 22 kilos en el río Puelo y otro de 25 Kilos en el río Petrohué

El mayor número de salmones lo consiguió José Luis Méndez con 14 ejemplares

 

Texto y fotos: Eduardo García Carmona

 


Creo que el sueño se convirtió en realidad o la realidad es un sueño, pero La Patagonia chilena es una locura maravillosa que descubrimos en el invierno español y verano austral.

Todavía no me he podido creer si en realidad estuve o fue un sueño, pero los ríos Puelo y  Petrohué son tan distintos y tan iguales que, es posible que los haya soñado o que su belleza me haya embrujado llevándome, en volandas, a lugares tan lejanos y remotos, a la vez que cercanos que los he podido pisar y gozar pescando truchas y salmones chinook.


Sí, creo que he estado en un lugar de ensueño, donde la realidad se convierte en paraje bello. He estado rodeado de agua color esmeralda, de un cielo color turquesa y unas montañas que verdeaban entre los blancos nevados de sus volcanes.


Ahora sí. Estoy seguro de haber vivido La Patagonia chilena, en un vértice que tira hacia Argentina donde, un lago llamado Puelo, hace posible que se forme el río del mismo nombre y que un sin fin de lagos merodeen entre montañas y valles. Lagos de vocablos hermosos: Interior, Las Rocas, Blanco, Azul, Verde, Totoral, Tagua-Tagua…donde un sin fin de fuentes se van convirtiendo en otros ríos interiores que, finalmente, comunican entre ellos para volver al curso del Puelo que continúa recibiendo importantes aportaciones de caudal, por uno y otro lado, procedentes de montañas próximas a los 2.000 metros de altitud y con nieves perennes. Río El Tigre, río Alerce que recibe el nombre de los alerces, árbol típico chileno por el que suspiraron los alemanes y que casi terminan con ellos, tras una explotación masiva y sin par,  de donde conseguían las “minas” de los lapiceros para todo el mundo.


Pueblos existen pocos para tan amplio territorio. Pasada La Aguja  Norte, de 1.658 metros de altitud y, casi por frente, nos encontramos Segundo Corral. Aguas abajo, Primer Corral. Después, Llanada Grande, Santo Domingo, Los Guindos, hasta llegar a El Manso, que recibe el nombre del río que lo atraviesa y que baja desde el Paso de El León. La isla Jabalí, cuyo nombre lo es por la población de estos cochinos en un pequeño islote de terreno. Por fin, el

Lago Tagua-Tagua, donde el río Puelo se convierte en mar, para pasar, a continuación, a la zona preferida de pesca de este maravilloso Puelo, río de contrastes bellos, donde su color verde esmeralda, es tan especial, que jamás lo he visto, ni soñado igual. Su curso está formado por canto rodado y enormes rocas. Al multiplicarse por cinco su caudal en invierno, los arrastres, especialmente de rocas y árboles, dificultan su tránsito en embarcación. Existen zonas de rápidos muy peligrosas y complicadas de remontar.

Río Puelo

El río Puelo es el tercero más caudaloso de Chile. Estemos pescando en uno u otro rincón del río, siempre está presente el volcán Yates, con su cumbre repleta de nieve.

Allí estábamos nosotros. Cuatro españoles llegados de tierras tan dispares como León, Canarias y Valencia para pescar en plena Patagonia chilena.


El valle del río Puelo se puede recorrer desde la capital comunal, Puelo, hasta el Lago Puelo, Argentina. Existen diferentes rutas y excursiones para disfrutar en plena naturaleza, con guías especializados.

El valle es de origen glacial con abundantes cascadas, lagos y lagunas, además del caudaloso río Puelo y una infinidad de afluentes.


Las especies pescables son: trucha arco iris, fario y marrón, así como salmones Chinook.

Existen una gran variedad de flora y fauna, con especies nativas, poco comunes en el resto de Chile. Merecen mención especial árboles como los alerces, los ulmos y su flor blanquecina, de la que extraen las abejas una miel deliciosa. Especies únicas como


huemules, ciervos que no pueden vivir en cautividad y que figuran en el escudo nacional chileno, o los pudúes, una especie ciervo enano de Chile, prácticamente extinguido y que está recibiendo ayudas administrativas para su conservación.

El río Puelo, después de casi 100 kilómetros de recorrido, desemboca en el fiordo de Reloncaví, próximo a la localidad de Puelo, donde recibe el aporte del río Puelo Chico.

 


EL RÍO PETROHUÉ

Eduardo y Chingli en los saltos del Petrohué

Este río, a diferencia del Puelo, es menos caudaloso. Sus aguas son transparentes aunque, a primera vista, parecen negras. Ello es debido a los fondos del curso, formados por rocas volcánicas, procedentes del volcán Osorno y otros próximos. Cenizas volcánicas y cantos rodados, así como muchos árboles arrastrados en época de invierno, forman su lecho. Estos árboles dificultan la navegación y la pesca.


El río Petrohué nace en el Lago de Todos los Santos y tras 40 kilómetros de recorrido, entre inmensas rocas y cortantes naturales, deposita sus aguas, también, en el fiordo formado en el Seno de Reloncaví, a la altura de la localidad de Ralún. Antes, y en la zona de Los Saltos, el Petrohué, gana en vistosidad y grandiosidad, formando cascadas impresionantes donde el sonido del agua es estruendoso y la policromía de colores se funden con el blanco de la espuma al chocar el agua, tras desbocarse desde las alturas.

Chingli sacando ejemplar y grabando

Las especies pescables son las mismas que e el río Puelo, aunque los guías, apuntan, que también se saca algún que otro salmón atlántico. Nosotros, ni los vimos.

 

MODALIDADES DE PESCA

 

Pescar en los ríos y lagos de la X Región chilena, es imprescindible hacerlo con guías especializados, dadas las características de los mismos, con muchas dificultades orográficas y donde las embarcaciones, a remo o motor, se hacen imprescindibles. En cuanto a materiales, dependiendo de la modalidad de pesca, es necesario hilos desde el número 25 al 40, para pescar a lance ligero o mosca seca.

Jorge con una buena trucha arco iris

A cola de rata, se puede pescar en superficie, aunque el éxito no está asegurado debido al gran caudal que tienen los ríos, con aguas frías, mucho aire o viento y el abundante alimento que tienen los peces en los fondos. Es muy difícil ver eclosiones de moscas, por lo que las cebadas en superficie casi ni existen. 


Para pescar a cola de rata se recomienda hacerlo con cañas de acción 6-7, con colas hundidas: T-130-200 e incluso 300. Los estreamers son muy eficaces. Nosotros hemos probado varios modelos de cañas HM de Scierra, así como el carrete IC3, con resultados excelentes.


Entre las moscas utilizadas, estreamers como Grizzly Wulff y la Royal Wulff, con anzuelos del 8 y 10; Variant Blue Dunn, en anzuelo del 12 y las Woolly Bugger, en anzuelos del 10 al 14, confeccionados por dos grandes montadores españoles: Roberto Coll, de Valencia y Paco Redondo, de Peñaranda de Bracamonte(Salamanca), con colores que van desde los de cuerpo oliva, marrón y negro, mezclados con rojo, naranja y amarillo, hasta otros confeccionados por los guías y especialistas nativos. Todos ellos nos dieron resultados espléndidos en la pesca de truchas, o así en el salmón.


La pesca del salmón chinook, a mosca, resulta imposible. Es necesario pescarlos con cucharilla, con caña de spinning de 2,40 metros, e incluso algo menores. El carrete ha de ser de lo mejor, con un gran freno y tener más de 150 metros, como mínimo, de hilo del 35 al 40.


Las cucharillas utilizadas han sido del nº 9 de la marca EDU, donadas por la propia firma gallega para ser probadas en La Patagonia. El banco de pruebas de estas cucharillas, no pudo ser más exitoso. Al final, 23 salmones chinook conseguidos en las ocho jornadas de pesca, entre cuatro pescadores. Las mayores capturas fueron una de 22 kilos, conseguida por LUIS ALBERTO DÍAZ

“Chingli”, en el río Puelo, récord en este río hasta la fecha, según los guías, y  otra pieza de 25 kilos, conseguida por JOSÉ LUIS MÉNDEZ, en el río Petrohué, récord absoluto de la zona. José Luis, además, consiguió un total de 14 chinooks, mayor número de capturas, además de los muchos que pinchó y no consiguió sacar. Todos los salmones, así como las truchas, se realizaron en la modalidad de “captura y suelta”, excepto

un salmón de 15 kilos que llevamos al Lodge y que degustamos con los guías. Está permitido pescar y llevarse un salmón por pescador y día, en el río Puelo, no así en la reserva del río Petrohué, donde sólo se practica la modalidad de “captura y suelta”




Como anécdotas, apuntar que el salmón que degustamos con la buena receta de las cocineras del lodge, costó cobrarlo más de 40 minutos, con una lucha constante. El carrete estaba ardiendo y hubo que cambiar el sedal por quedarse rizado tras la pelea y los constantes tirones y estiramientos. El chinook de 25 kilos, máxima captura en el río Petrohué, Midió 1,35 metros, de cabeza a cola, y 55 centímetros de ancho. En cuartas del guía: casi seis, de largo y dos, escasas, de ancho.


También a cucharilla se consiguieron excelentes ejemplares de trucha, aunque a estreamer, JORGE GARCÍA FELIPE Y EDUARDO  GARCÍA CARMONA fueron los verdaderos especialistas. La mayor trucha la consiguió el valenciano, Jorge, quien a la vez logró un doblete de truchas fario, pescando con dos estreamers.

La trucha mayor, pasó de los cinco kilos y midió 82 centímetros.

Un baño después de la pesca

Una pasada el haber gozado de la Patagonia chilena en un primer viaje al que sucedieron otros dos más, aunque con otros participantes.








Uno de los mejores recuerdos de pesca que conservo y que he querido mostrar a las nuevas generaciones de pescadores. El viaje se realizó en 2008.

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