He pescado tres cotos en León, en tres SELVAS VÍRGENES…
En
una semana y he ido de “fiasco en fiasco” en El Castillo (Omaña), Felmín (Torío)
y Bernesga, en el río del mismo nombre
Las
truchas de mal en peor por culpa de los cambios climatológicos
Lo
peor, lo mal cuidadas que están las riberas…¿hasta cuándo?
Texto
y fotos: Eduardo García Carmona
Para circular por LA SELVA VIRGEN no hace falta acudir a la verdadera, aunque existen diversas, pero por ejemplo, una de ellas en Perú.
Si
mis seguidores de Pescarmona51 quieren comprobar “las diversas selvas vírgenes
que existen cerrando los ríos de León”, sólo tienen que ir a pescar algún río
en la montaña de ésta provincia.
Los ríos Omaña, Torío y Bernesga, y los cotos de El Castillo, Felmín y Bernesga, en Villamín, están en plena selva. Tienen un manto natural muy poblado de árboles, arbustos, zarzas llenas de pinchos, así como plantas predominantes de cada zona. Todo ello es fruto de la humedad y el calor que hemos tenido durante casi todo el mes de Mayo.
Explorar
pescando cualquiera de éstos tres ríos supone un “riesgo” para el aficionado,
salvo en contadas zonas, muy contadas.
No quiere repetirme porque ya lo he contado EL DESASTRE de los tres días de pesca en capturas que, mayormente, ha sido UN DESASTRE con pocas truchas y de escasas dimensiones. El problema reside en lo cerradas que se encuentran las orillas para poder transitar por ellas, si no lo peor es en bastantes ocasiones entrar o salir del río.
¿Qué
pasa con la limpieza o sólo un anuncio para quedar bien?
Ahhh…si, si se han limpiado zonas determinadas donde se celebran los campeonatos de la federación, los demás pescadores no somos “hijos de nadie” por lo comprobado. No es que uno esté pasado de los 70 años, que también, y aunque físicamente me encuentro fenomenal, otros con menos incluso, no tienen mi movilidad y los que llegan a los 80, ya me dirán ustedes.
Me parece perfecto que a partir de 2023, parecer ser, no habrá que pagar la licencia de pesca en Castilla y León, me imagino que para todos los que la sacaban en dicha autonomía, no sólo para los que viven en ella pero, esto es otro cantar.
Lo he “ligado” al tema porque, NI ANTES, NI AHORA, la administración regional hará nada de nada, salvo en “raras ocasiones” y, como a las “ocasiones les pintan calvas”, desde éste balcón quiero pedir a la JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN que hagan transitables las orillas de los ríos y dediquen zonas a personas con menos capacidad para poder caminar por problemas congénitos, por los años o por defectos físicos, ¿o es que no existen pescadores que lo hacen desde sillas de ruedas?¿Entonces? Una vergüenza.
Y
menos mal que como Mayo, el mes de las flores, ha venido igual que se va, con lluvias,
calor y lluvias, y entre medio, también días de frío y nieve, menos mal,
apunto, porque si no, ni podríamos haber pescado por falta del líquido
elemento. Pobres truchas. Así están como para picar nuestros señuelos.
El coto de El Castillo es la “selva del Omaña”. Se las ve y se las desea uno para entrar en algunas zonas y para salir de algunos tramos, no digo nada. Negocio para los fabricantes de botas y vadeadores de pesca porque, incluso a los problemas naturales, te encuentras alambradas a la “antigua usanza” con púas que te harán un roto y, posiblemente, mucho más.
¿Y el coto de Bernesga?
Esto
es otro cantar, aunque existen una zona donde se puede transitar bastante bien,
desde el puente frente a Ventosilla, hasta casi la antigua panadería y Hotel
Restaurante derruido o abandonado. Así y todo, se las ve y desea uno para poder
avanzar. Peor está para llegar al comienzo del coto.
La
zona de abajo, desde La Gotera, Villasimpliz y el antiguo embalse del Tueiro,
eso vuelve a ser SELVA VIRGEN, otro tanto o peor que desde el puente de la
carretera y el tren hacia arriba, hasta
llegar al puente de traviesas. Madre de Dios que lamentable se encuentra toda la zona para poder entrar y salir del río.
Si
todos los ríos están prácticamente igual que éstos tres cobrando aún las
licencias de pesca, no les quiero decir como terminarán. Me imagino que no
encontraremos el río, a no ser por el “aire”.
Lo mejor de los tres cotos pescados ha sido estar en plena naturaleza, disfrutar de los compañeros de pesca, encontrarte con amistades y comer opíparamente que la lo dijo un buen amigo: “de ésta vida sacarás lo que metas nada más”.
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