LIBROS PUBLICADOS POR Eduardo García Carmona

LIBROS PUBLICADOS POR Eduardo García Carmona
Pídelos por Internet

jueves, 6 de julio de 2023

HISTORIA de mi primera jornada de pesca de REO en Asturias en los años 80'...

 

Eduardo con un buen reo y la felicidad en la cara

Juan Fernández Manso (dep)

Ocurrió a finales de los 80’


HISTORIA de mi primera jornada de pesca de REO en Asturias…


Rilo

La pesca del “príncipe del río” y el olor a “perros muertos”…

 

Texto y fotos: Eduardo García Carmona

 

“La reomanía” decía nuestro estimado “filandonero francés” y maestro de la literatura sobre pesca, GUY ROQUES, es una “enfermedad” de la que no te librarás nunca.

Lucía y Guy Roques

Así lo certificaba cada verano su esposa, LUCÍA, cuando se quedaba día tras día sola en el camping hasta altas horas de la noche, esperando a que llegase su esposo de pescar por el Cares o el Sella.

A Guy, que ya nos visitaba por los años 80 época en la que le conocí en el camping de Riaño, sin que supiera quien era yo. Bueno camping es un decir porque se trataba de una


pradera junto al río donde de forma libre cada uno “aparcaba” su roulotte o tienda de campaña donde podía. Se estaba en plena naturaleza y la amistad lo era todo. Existía armonía, vecindad y juerga sana diaria, aunque más de una vez con las queimadas había que llegar a “gatas” hasta la tienda de campaña. A Guy, decía, le atacó “la reomanía” de tal forma que terminó siendo un “enfermo de verdad” intentando pescar éste pez.

Esta "reomanía" he podido comprobarla en mi propia persona y en cuantos pescadores conozco que hayan probado ésta pesca y tener la fortuna de haber pescado uno de estos “príncipes del río”.


LA HISTORIA DE MI PRIMERA JORNADA DE PESCA DEL REO EN ASTURIAS A FINALES DE LOS 80’

La historia que les voy a contar la vivimos tres pescadores noveles, primerizos en esto del REO, quienes un día en tierras leonesas decidimos acercarnos a tierras asturianas a pescar este pez.


Había que participar en un sorteo de cotos por lo que, primero, había que cubrir una solicitud para entrar en el sorteo. En la carta tenían que figurar TRES pescadores por lo que antes había que sacar la licencia de pesca de Asturias.

Después de hablar con varios expertos pescadores que ya habían probado fortuna con EL REO y


sentir la emoción con la que nos contaban sus experiencias, decidimos entrar en dicho sorteo de cotos.

Mi estimado, Juanito Manso me comentó que tenía un amigo dueño de una relojería en el centro de la ciudad de León, "Rilo", que ya había acudido a pescar el reo a Asturias y que nos podría completar la terna, además servir de guía.


Lo preparamos todo y con tan buena suerte que hasta tuvimos un gran número a la hora de elegir cotos del reo en Asturias. Manolo Caneda,
compañero en AEMS de Juanito,  nos ayudó a elegir los cotos como buen conocedor de ellos y de éste tipo de pesca. Nos aconsejó elegir los cotos de ARENAS Y

CARBAJAL
, ambos en el río Narcea. Los elegimos para un sábado y domingo, así acudiríamos a pescarlos sin tener que desplazarnos ida y vuelta dos días a León.

Como disponía de una tienda de campaña de cuatro plazas con “avancé” decidimos utilizarla y es que entonces existía la acampada libre y pocos cuartos para ir de hotel o pensión.


Por si todo no había quedado claro con las indicaciones de CANEDA, pregunté a mi estimado JOSÉ Mª TAGARRO, experto donde los hubiese y con familia en Asturias donde, además, acudía anualmente a pescar reo y salmón, especialmente. La elección según éste había sido de lo mejor. Por si acaso para comer en Cornellana,

Tagarro me habló de un bar frente a la gasolinera, dándome el nombre del propietario que era buen amigo suyo. Allí fuimos los dos días a comer y cenar, además de a dejar en el arcón nuestras pescatas que “haberlas hubolas” pero, antes hay que contar lo que ocurrió una vez que el dueño de una finca nos dejase acampar en un prado junto a una plantación de maíz.

Una vez instalamos la tienda de campaña en la margen del prado que daba al río Narcea, en el “avancé” de la tienda dejamos las bolsas de viaje, mientras en el interior dejamos colocados los colchones de aire o colchonetas donde dormir. Instalado el campamento, nos fuimos a Cornellana a tomar algo y comer.


Nos presentamos en el bar frente a la gasolinera y preguntamos por el dueño diciéndole que acudíamos de parte de Tagarro. Nos atendió de maravilla y, conocedor de cómo somos los pescadores, nos ofreció su arcón congelador para guardar las piezas en caso de conseguirlas porque decía que había entrado poco REO.


Después de comer, nos dirigimos nuevamente al prado donde habíamos dejado montada la tienda de campaña. Al abrir el avancé comprobamos un fuerte olor a putrefacto pero con la apertura y recogida de la puerta lateral nos pareció que el mismo se había alejado de allí. Así y todo, nos preguntábamos si no sería el estar cerca de la ganadería y en medio de una pradera junto al maizal al que posiblemente habían sulfatado o abonado.


Preparamos las cañas de pesca y nos acercamos al primer coto, CARBAJAL. Estuvimos observando la zona y comprobando la vida de sus aguas. Nos gustó mucho lo que vimos.

Nos dividimos el tramo por zonas y comenzamos a pescar mientras el cielo se “encapotaba” presagiando tormenta. Así fue. En menos de media hora la tormenta se colocó encima de nosotros que “acojonados”, decidimos dejar las cañas a un lado y meternos en el coche.


Los “redobles” y fogonazos en el cielo presagiaban que la suerte conseguida en el sorteo de cotos nos lo estaba estropeando San Pedro.

Cuando la tormenta pasó y ya se había hecho casi de noche, volvimos a la faena comprobando cada uno el “hervidero” que había en las aguas del Narcea. Juanito pescaba con Rilo a mosca seca. Yo, a mosquito ahogado o pesca a la leonesa, eso sí por recomendación sólo con tres moscas y sin rastro.


Fue un bautizo en la pesca del REO increíble
. Juanito se presentó con 17 peces hermosos que no cogían en la cesta. Rilo no había tenido suerte y presentó una tarjeta de CERO ejemplares y eso que era el experto. Afortunadamente, en mi cesta tenía ocho hermosos ejemplares de REO y no pude sacar más porque me llevaron la cuerda y de noche no era cuestión de volver a montar otra. Fui conformista pensando en el día siguiente que teníamos ARENAS, coto que apuntaban era mucho mejor.


Cuando llegamos a Cornellana a cenar al bar y dejar los peces, el dueño no daba crédito a lo que estaba viendo. Nos felicitó asegurando que hacía años que no veía una pescada como la que le presentamos.

De vuelta al campamento con el estómago lleno y la satisfacción de la buena pesca en el cuerpo, al abrir la tienda volvemos a comprobar el “olor asqueroso” existente. Huele a “perros muertos”, dije,  expresión que mi padre me había inculcado cuando algo olía mal.


Comprobamos a que no hubiese algún animal muerto cerca y a la luz de la luna y las linternas comprobamos que no. Fue de vuelta a la tienda cuando pudimos comprobar que el olor provenía de la bolsa de Rilo. Le mandamos abrirla y efectivamente el olor provenía de su bolsa de deporte donde tenía ropa y utensilios de pesca.

Pensamos que quizás se había olvidado algún pez muerto en otra jornada anterior de pesca y tras comprobar sacándolo todo. Llegamos a la conclusión de que “el olor a perros muertos” era cierto. Rilo y esposa se dedicaban a la cría de perros en su casa-chalet y todo lo que allí llevaba olía como olía. Al pobre Rilo, si quería dormir con nosotros en la tienda, le hicimos bañarse en el río Narcea a la luz de la luna y le obligamos a dejar fuera de la tienda de campaña su bolsa de deporte.


Al día siguiente, en ARENAS, conseguimos algo parecido pero con mejores “olores” y un salmón pinchado por parte de Juanito que casi nos cuesta un disgusto. Menos mal que se soltó poco antes de llegar la guardería.


En el cómputo de la segunda jornada de pesca, Juanito volvió a ser el mejor presentando una “tarjeta de 14 peces”, uno de dos kilos; yo, con 5 reos hice un segundo puesto y Rilo, el experto, por fin había conseguido un reo y le tuvimos que ayudar a sacarlo porque no podía con él, y no porque fuese el mayor de los peces conseguidos, sino porque lo había trabado por la barriga y casi le lleva la caña, y a él, río abajo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Prueba de lo que puede ser el cartel A LA “SEMANA” no la va a conocer “ni la madre que la parió”… Los días 4 y 5 de Octubre, OPEN POR PARE...