LIBROS PUBLICADOS POR Eduardo García Carmona

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lunes, 29 de enero de 2024

BUENA FREZA DE LA TRUCHA EN LOS RÍOS DE LEÓN...

 

Puesta de huevas de una trucha común.


La puesta de huevas está siendo una de las mejores en los últimos 20 años

El nivel de las aguas y la nieve, aunque escasa,   las mejores aliadas

Los dos próximos meses serán “la clave del éxito futuro”

 

Texto y fotos: Eduardo García Carmona

 


Tres llamadas telefónicas a puntos distintos de la geografía leonesa: Babia, Riaño y Órbigo. La pregunta, ¿qué tal la freza? Las respuestas han sido casi idénticas: muy buenas, excelentes.

Conclusión: la trucha ha frezado muy bien y lo ríos lo pueden notar a la vuelta de dos o tres años, quizás cuatro en algunos ríos.

 


ZONAS DE BABIA, RIAÑO Y ÓRBIGO

 

Desde que soy pescador de truchas, los ríos de montaña son mi debilidad. Son ríos muy vivos, cantarines y que presentan para el aficionado una belleza inusual, comparado con lo rutinario del trabajo diario y la gran ciudad.


Los ríos de montaña son diferentes a todo. El paisaje, paisanaje, el aire…la naturaleza es una maravilla. Los pulmones se ensanchan y es que el acto de aspirar y expulsar el aire se muestra pleno de sintonía agradable. Es otro aire, es otra vida, es el oxígeno.


Otro tanto ocurre con las aguas puras y cristalinas que presentan los ríos de montaña, caso del Luna. Ese río Grande que baja por Huergas, Cabrillanes, Villasecino y se aproxima a Puente Orugo, lleva vida, mucha vida. Es aquí, en Puente Orugo donde el río Luna cobra identidad, en un principio, aunque los múltiples ríos y arroyos que bajan de las cumbres próximas se encargan de darle importancia en cuanto a caudal se refiere pero, la aportación del río Torrestío que baja por San Emiliano, es importante, muy importante.


Pues bien, ese cuadro natural se incrementa cuando observamos las aguas del río Luna. Allí, en la zona de Cabrillanes o en Villasecino, las truchas se encuentran alineadas frente a las rocas. En el coto de Villafeliz, otro tanto, especialmente en la zona de La Calderita y frente a las cuadras de Enrique. Se concentran a las salidas de los pozos, en las raseras y se nota. Son manchas oscuras entre manchas blanquecinas. Las oscuras son las hembras y los machos agrupados para procrear. Las blanquecinas, las arenillas, grijo o canto rodado menudo que se forma por la erosión del agua y las rocas. Me cuentan que hacía años que no se veían tantas truchas agrupadas, ensayando la danza de la vida.


Curiosamente, otra tanto me cuentan de la zona de la montaña de Riaño. Me hablan del río Yuso, a la altura de Portilla de la Reina. Me cuentan frezas increíbles en la zona de Barniedo o por encima de Boca de Huérfano. Son truchas de considerable peso. Seguro que son reproductoras que llegan del pantano de Riaño buscando aguas puras y cristalinas para dejar sus huevas.


Lo mismo ocurre en la otra vertiente, en la del Esla que, desde el valle de Riosol va creciendo y creciendo hasta convertirse en río con impronta cuando llega a La Uña, pasa Maraña y recibe la aportación de otro río emblemático de montaña: el Orza que baja por Vegacerneja. En uno y otro río, me vuelven a contar, la freza ha sido o está siendo extraordinaria, como hacía años que no ocurría.


¿Y en la ribera?

La tercera llamada es a Carrizo de la Ribera. Desde allí me comunican que la freza en el río Órbigo está siendo fenomenal en la zona de Villarroquel. Me apuntan que el Omaña, incluso en la zona más baja, también, está teniendo grandes frezas.


No me aguanto y formulo una cuarta llamada. En El Castillo y Pandorado me dicen que este año el Omaña, además de bajar idóneo para procrear, está teniendo las mejores frezas de los últimos años. En la zona libre, por encima de Vegarienza y desde el puente donde caen las aguas del Omañón y el río

del Valle Gordo, se ve una freza importante, aunque la mejor de todo el río se encuentra a la altura de las cuadras  de Manolo. Allí en agua es profunda pero, por encima y por debajo el Omaña presenta zonas idóneas para que la trucha procree.


Otro tanto ocurre en el Coto de La Omañuela, aunque a la importante freza aguas abajo del puente de La Omañuela, hay que sumar la que está por encima de lo prados posteriores de la iglesia de esta localidad, justo a unos cien o doscientos metros, por encima.

La ilusión me recorre todo el cuerpo.


LA IMPORTANCIA DE LOS PRÓXIMOS DOS MESES

No se, aunque la intuición de informador y pescador me indica que la freza en el resto de los ríos de la provincia de León es muy parecida. El Duerna siempre las tiene muy buenas. El Eria, también. No digamos del Tuerto en Maragatería y Cepeda pero, El Bierzo, siempre es El Bierzo. Burbia, Cúa, Valcarce, Selmo, Ancares o Sil, son ríos muy importantes y donde las frezas en los últimos años no han sido todo lo buenas que desean los pescadores.


Las circunstancias climatológicas han sido las ideales para que la freza sea buena. Los ríos bajan en condiciones espléndidas para que “la reina” tenga zonas donde poner sus huevas con garantía de éxito.

Sólo resta que la climatología respete las puestas y que los humanos sean conscientes del tremendo daño que pueden hacer si maltratan  a la naturaleza.

Es el momento donde el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y la Guardia Civil, con el Seprona, se pongan manos a la obra. Es el momento de vigilar y vigilar. Es el momento en el que la guardería de Medio Natural vigile el río, día y noche y especialmente en las madrugadas. Es el momento de “cuidar la viña”. Ahora, sí que no se puede tener desidia en la vigilancia del río. Es el momento de la verdad para el futuro próximo de nuestros ríos.


El resto, hay que pedírselo a la naturaleza. Aunque parezca mentira, ¡que no llueva en los próximos 20 días!

Si la nieve se mantiene en las cumbres, si los ríos no crecen demasiado, podemos casi garantizar que la salida de alevines para  Marzo va a ser importante. Lo malo es que llueva o que haga calor. El agua de la lluvia o el calor haría posible el deshielo y hay mucha nieve en


las cumbres. Esto significaría la crecida de los ríos y el arrastre de sedimentos y maleza que se llevarían consigo las puestas de las truchas o cegarían las zonas de puesta de las huevas, haciendo que se perdieran en su mayoría.

Esperemos que la madre naturaleza, que es sabia, respete este año las frezas y para cuando los alevines comiencen a juguetear en las aguas de los ríos leoneses, la mayoría se hayan salvado.


En Marzo y especialmente en Abril
,  cuando comience la temporada truchera, sabremos qué ha pasado. Ahora sólo esperar y, por qué no, rezar, para que las buenas frezas no se vayan río abajo.

 

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