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domingo, 14 de noviembre de 2021

POR LOS CAMINOS DEL MANUSCRITO DE ASTORGA, capítulo 4…y último

 

Mosca del Manuscrito regalada por José Luis García González al Museo del Gallo de León


“La Historia cronológica del hallazgo del MANUSCRITO DE ASTORGA”…


Y el Manuscrito de Astorga y la Pesca a la Leonesa. ¿Qué fue antes? una pregunta de José Luis García González, en Diario de León

 

Texto y fotos: Eduardo García Carmona

 

Deshecho el “entuerto” de lo publicado en las páginas de pesca de Diario de León, en 1990, tras lo publicado en los tres capítulos anteriores, sólo resta publicar “La Historia cronológica del hallazgo del MANUSCRITO DE ASTORGA” documento remitido por el propio JESÚS PARIENTE DÍEZ y, que había aparecido anteriormente en la revista Tierras de León.

Esta es la transcripción completa de lo solicitado por el señor Pariente:


“La primera referencia sobre el Manuscrito llegó a nuestro conocimiento de la mano del ilustre leonés D. Julio del Campo, el cual lo llevó a la armería de Néstor Alonso para que como documento histórico y curioso fuese examinado y conocido por los pocos pescadores de aquella época.

Nada sabemos de cómo ni el cuándo llegó el  tal documento a pertenecer a nuestro convecino. Lo que sí sé, a través de mi animosa correspondencia con Louis Carrére, que fue el primero que valoró y divulgó su importancia, que en la primavera de 1935, se acercó a pescar en los ríos de León, acompañado por D. Alfredo Mahou, el popular cervecero de Madrid.

Al proveerse de moscas leonesas en la Armería Alonso vieron el documento y mostraron gran interés por él. Marcelo Pérez Nava, que además de pescador, era un gran aficionado a la fotografía, les entonces unas copias de la portada y algunas de sus páginas, que sirvieron de base a Carrére para editar en 1937 su libro, “Techniques modernes de la mouches noyée”, en el que se mezclaban los manuscritos de Juan de Bergara, de 1624, y el de Luis Peña, de 1825.


Al fallecimiento de D. Julio del Campo con fecha 8 de Enero de 1937, su sobrina y única heredera, Dª Victoria González del Campo junto con su esposo, Manuel Díez, hicieron una limpieza general de su taller de escultura y de constructor de obras, que tenía D. Julio en la calle Ordoño II, 25, y quemaron todos los cachivaches y papelotes que almacenaba. Les ayudó en esa tarea su convecino y amigo, Marcelo Pérez Nava, el cual iba seleccionando lo que servía y lo inútil. Así llegó a sus manos y se salvó de la hoguera el Manuscrito de Astorga, el cual, como ya dijimos estaba unido al de Luis Peña.

Cuando el referido libro de Louis Carrére fue reeditado en 1957, el escritor y pescador catalán, Juan Francisco Llatjós, se interesó por su edición en español y consiguió que se publicara con la editorial Poulide en 1963.


Antes de hacerlo y durante los meses de Octubre, Noviembre y Diciembre, de 1958, publicó lo que se conocía del documento, en la revista Caza y Pesca de Madrid, lo que sirvió para que Felipe Amigo Quirós y yo nos interesáramos en la búsqueda del Manuscrito.

Las oportunas gestiones nos llevaron a Madrid, lugar de residencia del matrimonia Díez-González del Campo, los cuales se habían olvidado de su posesión y tardaron mucho tiempo en dar con él y al fin encontrarlo en un apartado rincón de su biblioteca.

Mientras nos llegó la noticia de la aparición, que dio a conocer Amigo Quirós, en la revista Caza y Pesca del mes de Setiembre de 1959 publicamos varios artículos en esa revista  en los cuales dábamos a conocer la importancia histórica de ese documento, al que suponíamos perdido, al igual que los otros libros que le sirvieron de copia.


A partir del momento de su hallazgo, la Federación Leonesa de Pesca, hizo gestiones para que la Diputación de León adquiriera ese documento como patrimonio provincial, cosa que se consigue pero, para regalárselo al Jefe del Estado con ocasión de su visita a esta ciudad el 11 de Julio de 1964; el general Franco, como buen pescador, tuvo siempre en gran estimación ese regalo.

Aprovechando ésta ocasión, mandé sacar unas fotografías a, Manuel Martín (Foto Exacta) que me sirvieron de base para el trabajo publicado por la Diputación de León en 1968 con el título “Entorno al Manuscrito de Astorga y la pesca de la trucha en los ríos de León” en el cuál, y por vez primera, se da a conocer la transcripción completa del mismo y del de Luis Peña, como dos manuscritos diferentes.


Unido a ellos y como remate de unos trabajos sobre clasificación de insectos que realicé en 1963, publiqué un nomenclátor de insectos con el deseo, no sé si logrado, de actualizar las enseñanzas de los dos primeros.

Como continuación a aquellas investigaciones, publicó la Editorial Nebrija, en 1979, otro libro mío titulado “La Pesca de la Trucha en los ríos de León”; hoy se encuentran los dos agotados.

Como remate y fin de éstos trabajos sobre el conocimiento y difusión del Manuscrito de Astorga, el cónsul general de Dinamarca en Madrid, D. Erling V. Kikegárd, como buen pescador, patrocinó, como ya dijimos, una cuidada  versión en español, inglés y francés, editada por “Flyleaves”, con numeración reducida, a principios de 1984. Y un año después salen al fin éstas laboriosas memorias rematadas también con el Manuscrito de Astorga.


Para terminar quisiera informar a nuestros lectores el actual paradero de ese documento. La verdad es que no lo sé y todo son rumores sin ninguna confirmación, digamos oficial.

Lo único cierto e indudable es que el Manuscrito, debidamente presentado, fue regalado al desaparecido Jefe de Estado, como testimonio de adhesión y afecto del pueblo leonés y que el mensaje de ese pueblo obliga a quien lo recibe a su conservación, ya que nunca un regalo puede ni debe ser mercancía que se vende.

Por tanto ese regalo, como todos los que le entregó el pueblo español, deben de ser patrimonio común a través de la Fundación Francisco Franco, a cuyo cuidado y conservación deben quedar y en todo caso decidir si deben volver a las comunidades de origen.


Particularmente creo que el Manuscrito no está perdido y que tarde o temprano nos dará fe de su destino. Si ese destino ha sido perderlo en una subasta londinense, como dicen cuando corregimos por última vez éste escrito, lo sentimos por la persona que negoció ese documento de nuestra historia provincial, al cual nuestras autoridades no han prestado la atención merecida, y que ha sido el motivo apasionado de mi trabajo y el que inspiró mi tarea de escribir tres libros.

En todo caso y en cualquier situación, sus fotocopias, su transcripción paleográfica y su mensaje a todos los pescadores del mundo, ya no se perderán jamás.

Hasta aquí las publicaciones POR LOS CAMINOS DEL MANUSCRITO DE ASTORGA en Pescarmona pero, como anunciamos en los titulares existe un artículo del autor del libro PLUMA, SEDA Y ACERO. Las Moscas del Manuscrito de Astorga, el leonés, JOSÉ LUIS GARCÍA GONZÁLEZ que no tiene desperdicio: El Manuscrito de Astorga y la Pesca a la Leonesa. ¿Qué fue antes?, artículo aparecido el pasado 8 de Noviembre en Diario de León.


EL MANUSCRITO DE ASTORGA Y LA PESCA A LA LEONESA. ¿QUÉ FUE ANTES?

Una gran pregunta lanzada por José Luis parecida a la del “huevo y la gallina”. Aquí reside la cuestión.

Hace unas fechas en éste mismo blog, dedicados dos artículos de VENANCIO ÁLVAREZ LÓPEZ “Ciempiés” dedicados a los gallos de León donde su autor reflexionaba sobre la dejadez por parte de las instituciones para con LOS GALLOS DE LEÓN. Sobre éste particular no quiero incidir porque el amigo Venancio, que en gloria esté, tenía toda la razón y casi “predicaba en el desierto”.


Con la Pesca a la Leonesa y el Manuscrito de Astorga, desafortunadamente, ocurre más de lo mismo. Líneas más arriba tienen ustedes la respuesta con la HISTORIA CRONOLÓGICA DEL HALLAZGO DEL MANUSCRITO, que en 1990 se publicó en Diario de León, en las páginas de pesca que realizaba un servidor y, con anterioridad, en la revista TIERRAS DE LEÓN. Sobre éste particular poco o nada más que añadir pero sí añadir que TENEMOS LO QUE NOS MERECEMOS.

Si el libreto del Manuscrito se regaló a la máxima autoridad de España en aquellos años y desapareció posteriormente, mientras aparece o no, tenemos la transcripción paleológica (sabemos que no es lo mismo), y las fotocopias del original que, al menos, no han desaparecido.


También tenemos LA PESCA A LA LEONESA, que tarde volvió a reconocer y que muy pronto la JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN quiso “abandonar” o dejar de apoyarla porque quizás era “menospreciar” a otras regiones de la autonomía, pregunto.

El resto de las provincias de la autonomía deberían sentirse orgullosas de que la PESCA A LA LEONESA figurase en la Normativa de Pesca e incluso, que el coto de Valdepiélago estuviese dedicado a la pesca a éste arte única y exclusiva pero, no, la Junta volvió a “cargarse” el acierto que había tenido tras “las rogativas” de varios colectivos leoneses. Qué pena.

Réplica de las Moscas por J.L. García

Ahora, tenemos que salvar otra vez la “denominación de origen” de una pesca que es nuestra, no sólo de los leoneses. Es de todos pero que lleva el nombre de León por todas partes y da prestigio a un arte que nació en León y llegó a todo el mundo. Eso parece que no importa y, también, se lo quieren cargar. Creo que les va a resultar complicado señores de la Junta porque el Manuscrito, aunque perdido, es la madre de la PESCA A LA LEONESA y sin ésta, quizás no hubiese visto la luz el MANUSCRITO DE ASTORGA pero claro, para éstas dos vertientes tengan IDENTIDAD PROPIA faltan los GALLOS DE LEÓN y estos están en precario y sólo la iniciativa privada parece querer “tirar” por ellos para que no desaparezcan.

José Luis tiene toda la razón y, aunque, no tengo respuesta para su pregunta de lo que fue antes, si “el huevo o la gallina”, si tengo respuesta: LA LLAMADA A LOS PESCADORES y a las autoridades pertinentes para que LA PESCA A LA LEONESA Y LOS GALLOS DE LEÓN tengan una protección acorde con lo que significan para ésta tierra.


Ojo, LA PESCA A LA LEONESA no es pescar a boya, es pescar con las moscas del Manuscrito o similares a varal o con las técnicas de hoy cambiando la boya de corcho o madera para el lanzado, por la boya de goma con agua pero siempre utilizando las moscas confeccionadas con pluma de gallo de León o mezclándolas con las de otras aves, como se apunta en el Manuscrito y colocándolas en ese orden de: ahogadas, semi ahogadas, semi bailarina o bailarina o saltona. Esto lo explica mucho mejor mi estimado José Luis en su libreto LA PESCA CON MOSCA LEONESA O PESCA A LA LEONESA.

Y mientras, mantengamos la esperanza de que algún día APAREZCA El Manuscrito de Astorga que nunca debió ni regalarse, ni desaparecer.

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