La nueva cara del coto de FELMÍN, río Torío (León)...

 

FELMÍN, DEL 24 DE MAYO AL 10 DE JULIO…¡vaya cambio¡

El río Torío continua siendo un referente de supervivencia y pese a que temporada si y otras también, se queda sin agua, sus truchas se reproducen para dar la cara a los pescadores

La labor de limpieza y desbrozado de entradas o salidas al río, un gran acierto

 

Texto y fotos: Eduardo García Carmona

 

El río Torío, en León, es uno de mis grandes favoritos además de haber sido el primero en ofrecerme una trucha, y a CUCHARILLA, cuando era un jovenzuelo con poca experiencia.

Desde hace más de 30 años, siempre que puedo elijo el coto de FELMÍN siempre en la época estival cuando menos agua trae. Se preguntarán ¿y por qué?

Éste río, así como el Bernesga, Curueño y otros más de la geografía leonesa ofrecen al pescador la mejor CARA en Junio y Julio y cuando todos piensan que no va pescar un pez por existe un caudal mínimo de agua y en su curso lo que más se ven son las piedras, ahí están las pintonas esperando tus moscas para hacer gozar. Nunca que ha defraudado salvo éste 10 de Julio en el que no le podido pescar, aunque lo he estado visionando mentalmente.

Por las indicaciones que me ha dado mi amigo Benito LOZANO, que sí pudo acudir a la cita porque él no tenía COVID, afortunadamente, hasta la proximidades del río estaban totalmente expeditas y sin maleza, como nos las encontramos en 24 de Mayo que nos hacía imposible entrar al río en muchas zonas y, lo que era peor, poder salir del río tras vadearlo buenos ratos. Eso hoy, ya está corregido por la Junta de

Castilla y León, dejando un camino amplio de paso para los pescadores y abriendo entradas y salidas al río para facilitar maniobras a persona mayores y no tan mayores. Vaya suerte la mía.

Benito ha gozado desde que llegó sobre las 10,30 horas y a las 13 15 horas ya tenía su pesca hecha.

Pesca a la leonesa con sus propias moscas, como yo y ¿saben ustedes a que le entraban los truchas? A todos los mosquitos que llevaba en la cuerda: La Charli; un salmonín; un carne en pardo y la negreta del Manuscrito.

Según me ha contado, ha sido una gran fiesta de pesca que me he perdido por el dichoso COVID y por respeto a mis

compañeros y público en general, porque comíamos en CASA AMADOR, o la Venta de Getino, como se la conoce y no era cuestión de llevar el virus.  Allí, dieron buena cuenta de sus ricas viandas: Benito, José Luis e Ismael “Maelín el de Santa Olaja” quien después de muchos años sin vernos, tenía una gran ilusión por acompañarme en la jornada de pesca y, sobre todo, en la comida, para hablar de nuestros grandes momentos de amistad y pesca con Pepín, Pablo Bagardi, Vicente y cía. Qué tiempos. Otra vez será, Isma.