PESCARMONA51: He perdido el COTO DE CEREZALES por un mal sueño...

Tener un coto y hacer “novillos”…

Alguna vez es la primera y me ha tocado después de elegir unos días antes un sobrante en tierras leonesas

Entre la pandemia, la guerra de Ucrania y un mal sueño, todo se “amontonó “ para dejar pasar la oportunidad

Texto y fotos: Eduardo García Carmona

Todo el verano prácticamente sin salir a pescar y a la vuelta de “vacaciones” tenía tantas ganas de salir a reencontrarme con la naturaleza, con el río en tierras leonesas que las ganas se han convertido en dejadez y perder el coto de Cerezales en el Porma, un coto que cada año salgo a disfrutarlo en un par de ocasiones, si puedo.

Se trata del coto de Cerezales del que siempre he hablado maravillas y, si puedo, continuaré porque es uno de mis favoritos entre los cotos de los ríos controlados por pantano.

El caso es que con los artilugios preparados, coche y ganas, la NOCHE no ha sido de lo mejor.

Siempre me ocurre que cuando tengo algo que hacer al día siguiente, no suelo conciliar bien el sueño y claro, por mi mente comenzaron a desfilar mil y una historias. Tenía previsto levantarme a las 8 horas del día de autos, resulta que el sueño y las pesadillas me dejaron en la cama.

El día anterior, recibo la llamada de mi mejor compañero de pesca, José Luis, y me comenta que el río Porma baja con una gran cantidad de caudal debido al trasvase de las aguas de éste río y del Esla a tierras portuguesa. Le comenté que no podía ser verdad porque aunque existe un proyecto, aún no es efectivo y menos con la carestía de agua que padece León y casi toda España. Así y todo, una vez terminé la conversación llamé a otro gran amigo que “vive prácticamente” a la orilla del Porma y le pregunté cómo bajaba el río. La primera reacción a mi pregunta fue decirme que algo bajo pero bien para pescar.

SOÑAR Y SOÑAR, PESADILLA CONSTANTE

Con el tema en el subconsciente me fui a dormir con todo listo, vadeador, cañas, comida…

Al final, todo se quedó en casa y he perdido el coto porque no acudí a pescarlo o, mejor dicho, quise hacer novillos. Algo había dentro de mí que me decía no vayas, Eduardo.

Y es que en toda la noche, desde las tres y media de la madrugada, comenzaron a pasar por mi mente historias de todo tipo. Algunas de pesca, en principio, caso de moscas a utilizar, a que sitio acudir para encontrarme menos gente, etc. etc.

Después, que si el puñetero Putin, que si la guerra en Ucrania y hasta la Casa de León en Asturias.

Con Putin es fácil no poder conciliar el sueño porque la puede liar en cualquier momento, incluso más de lo esperado. Bastante tenemos con el gas, la electricidad, la inflación, su puñetera madre y encima pensar que el sueldo o la pensión no nos da para comer mientras otros hacen su “agosto” que esto suele ocurrir en momentos tan críticos como el que padecemos actualmente.

La Casa de León en Asturias ¿por qué?

Sencillamente porque poco antes de irme para el dormitorio leo en el teléfono un whasapp con toda la programación hasta final de año y claro, ya en la cama por mi mente comenzaron a las imágenes de toda la programación de San Froilán y resto de actos hasta final de año. Así como voy a dormir.

Lo dicho, HE HECHO NOVILLOS y no he acudido a pescar. Quizás también haya sido porque ninguno de mis compañeros me acompañaría en la aventura pesquil, por uno u otro motivo, no podían. Uno está acostumbrado a ir al río con la cuadrilla que al final, aunque en el río se está sólo con la naturaleza y centrado en la pesca y todo lo que la rodea, siempre están ellos a la hora del viaje, comer y volver. Algo me decía que no fuese y no he ido a pescar, ¿qué cosas?