Con un salmón Chinook (King) de 30 kilos |
Hemos pescado por casi toda España juntos, tres viajes a La Patagonia chilena y uno a Alaska
JOSÉ LUIS MÉNDEZ GARCÍA, como un hermano…
Texto
y fotos: Eduardo García Carmona
Fue por casualidad y lo que la política suele romper, en nuestro caso particular, lo unió.
De
esta forma quiero celebrar mi gran amistad con este humilde, bondadoso y
compañero en el río y en todos los órdenes de la vida.
JOSÉ LUIS MÉNDEZ GARCÍA, lo escribo en letras mayúsculas para demostrar mi admiración por él, es un leonés y "leonesista" que, para sí lo quisiera el mismísimo “Ricardo Corazón de León”. Es la persona más noble que he conocido en mis años de pesca por estos ríos de León y del resto de España y me precio de tenerlos buenos como “Maelín el de Santa Olaja”, Beni, Luis Alberto, Guti, Lachis…
Es el pescador más leal para los amigos y para el río que he conocido. Es el pescador más fiel que uno se puede encontrar. Es todo corazón, bondad y, ante todo, amigo. Su tamaño físico es proporcional a todo lo que he apuntado e incluso me quedo corto.
Nacido en la capital leonesa, pronto se trasladó a Villamandos donde, prácticamente, se crio. Su esposa, Luna, era de La Cándana de Curueño, localidad “reina” del río Curueño y de los gallos para la pesca. No es de extrañar que ella se casara con un pescador.
Curiosamente, José Luís, no comenzó a pescar en tierras leonesas si no en Cervera de Pisuerga (Palencia). El colegio “Regina Peace”, el de Los Alemanes, como les conocían, en la localidad de la montaña palentina, le acogió para completar su educación. Era un colegio de mucha
disciplina, con educación casi castrense y mariana pero, a aquél jovenzuelo poco lo importaban los posibles castigos. A la hora del recreo se escapaba para acudir al río Rivera, afluente del Pisuerga, a su paso por la localidad. Allí se pasaba la media hora de recreo mirando al río y viendo a los ribereños pescar. El río, la pesca y las truchas le llamaban la atención. Fijándose, fijándose en lo que hacían los pescadores que observaba fue como decidió iniciarse en la pesca de forma “autodidacta”. Se compró una caña de fibra de vidrio y un carrete Segarra 350 y se lanzó a pescar en el río Rivera.
El arranque inicial se convirtió en sorpresa. La cosa no era tan fácil como parecía. La cucharilla no iba para donde deseaba en el lance y así perdió unas pocas. José Luís, que de tonto no tenía un pelo, pronto aprendió a lanzar y colocar el hierro donde su vista apuntaba, convirtiéndose un buen especialista que, cada día lo hacía mejor, llegando a ser un especialista en el arte.
Un doblete a la leonesa |
Otro arte, el de la mosca ahogada o “pesca a la leonesa” se lo metió en la cabeza.
Fue
ANTONIO LÓPEZ, montador de moscas y buen pescador quien le mostró “el camino”. Antonio,
vivía en el barrio de Pinilla (León) y fue su compañero de pesca en sus
primeros años por los ríos de provincia leonesa. Pescaba también con Eloy y
Manolín. Antonio, además, era un excelente montador de moscas leonesas. Méndez
García viendo el éxito de esta modalidad de pesca, pronto dejo de lado la cucharilla,
convirtiéndose un buen pescador de la modalidad. Más tarde, se unió a otra
cuadrilla junto con Maelín el de Santa Olaja, Beni, Eduardo y Luis Alberto, a
quien se une, desde Cantabria, Josines, el hijo de Maelín.
Si las primeras truchas fueron del río Rivera, en Palencia, su rincón favorito se convirtió al poco tiempo en Fuentes Carrionas. En Tierras leonesas, el río Curueño en su zona alta era y es su debilidad.
Su mayor aventura de pesca la tuvo en el Coto de Remellán donde, hace más de 20 años, consiguió una gran “pescata” junto a su compañero, Manolín. Tantas fueron las truchas que sacaron que no daban crédito; “fue una jornada de gracia en la que el Porma se portó como nunca más”, me decía.
Por el contrario, su mayor captura en peso fue un ejemplar de más de 5 kilos, también en el río Porma, en el Coto de El Condado y a mosca seca. La levantó de entre las ocas. Aunque le dio guerra, al final se convirtió en su mayor trofeo.
Este señor del río y compañero donde los haya, es la nobleza personificada y un gran amante de la naturaleza, pasión que le hace recorrer kilómetros de ríos todos los años pero, también, kilómetros de senderos y rutas de montaña observando y mimando la naturaleza y denunciando los desastres que se cometen con todo lo que nos rodea que es donde habitamos los humanos.
JOSÉ LUIS MÉNDEZ GARCÍA es más que un compañero de pesca, es “mi hermano leonés” y con él he vivido jornadas apasionantes por todos los ríos de España, cuatro viajes a La Patagonia chilena y uno a Alaska.
Qué “grandón” es mi estimado Méndez García con quien he tenido infinidad de aventuras y anécdotas.
Sus
mayores capturas las consiguió en Chile, en el río Puelo, Petrohué, Mañihuales
y Simpson. Por este orden fueron, un salmón Chinook que dio en báscula 30 kilos (que pueden admirar en la foto de portada).
Casi nada. Los otros, de 18, 20 y 22 kilos. Todo ellos a cucharilla EDU de 25
gramos, tuneada. En cuanto a truchas patagónicas, sus mayores “pescatas” las
tuvo a mi lado en el río Cisnes, Cáceres, Paloma, Huemules, Ñireguao…llegando
en una jornada a sobrepasar la centena de ejemplares. Eso sí, pesca sin muerte.
En Chile, tenía asustados a los guías de pesca, Patricio y Mauricio, por su calidad como pescador de salmones, su calidad humana y especialmente “por el saque” que tenía a la hora de comer. Nunca reparó en nada pero, si le ponían un cordero a la estaca, terminaba con él. Vaya fondo de estómago.
En
Alaska tuvimos experiencias únicas de pesca con grandes capturas de salmones
plateados, Coho y grandes truchas como las “cabeza de acero” y las marrones.
La mayor impresión fue ver un río completamente rojo. Era debido a la cantidad de salmones Sockeyes o rojos que habían entrado a desovar. Se trataba del Russian River. Impresionante como pueden ver en la fotografía.
Gracias
amigo JOSÉ LUIS MÉNDEZ GARCÍA por haberme acompañado a lo largo de muchos años por
esos ríos “de Dios” y que continuemos muchos años más gozando de nuestra amistad
y afición en sana compañía y amistad.
Buenos días Eduardo, me a encantado este artículo y sobre todo el que sea José Luis el protagonista, que buena persona es.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para los dos.