Mis amigos de la pesca, ISIDRO SOSA ARMAS, “un aldeano con un corazón nuevo”...

ISIDRO SOSA ARMAS, “un aldeano con un corazón nuevo”. Mi hermano canario

 

Texto y foto: Eduardo García Carmona

 

Cuando a comienzos del siglo XXI me trasladé a vivir a Gran Canaria, a Las Palmas, la urbe más importante y cabeza de aquella provincia insular, la otra es Tenerife con Santa Cruz como capital, nunca me podía imaginar lo que en aquellos lares me sucedería.

Lo primero fue encontrarme fuera de la península, como dicen ellos. Segundo, lo bien recibido que fui por personas que no conocía y que hoy son “parte de mi otra familia”. Tercero, que el descubrir mundos nuevos me viene de “casta” pues mi madre era extremeña, de Zalamea de la Serena (Badajoz), aunque vivida en Sevilla a orillas del Guadalquivir.

Con estas tres premisas, nunca me encontraría fuera de habitáculo. Si encima la sencillez es otra premisa en mí, qué problemas podría encontrarme en un “mundo nuevo”. Ninguno y así fue.

Llegar a Las Palmas de Gran Canaria y pasear por la calle Mesa y López fue encontrarme con una ciudad cosmopolita, dónde me encontré a “toda España representada”. Personas isleñas y no isleñas. Guanches, nórdicos y africanos, especialmente pero, sobre todo personas sensibles, sencillas y adorables que aman a “la península” y se sienten españoles. Una maravilla.

Y claro, cómo podría no encontrarme “agustito” por aquellos lares. Imposible.

A ISIDRO SOSA ARMAS, me lo encontré por casualidad. Fue en una jornada de pesca en el puerto deportivo de Gran Canaria. Allí se celebraba una competición de corcheo mar. Ni corto, ni perezoso, sin ser invitado, me presenté como colaborador de JARA Y SEDAL

PESCA, la revista y TROFEO Pesca, la otra revista. Eran entonces las más importantes del panorama nacional de pesca, en río y mar. Más tarde, también trabajé mis artículos para PESCA MAR. Estaba en la “cresta de la ola” como informador y, entonces, no había tanto especialista.

Organizaba la competición en el muelle de deportivo de Las Palmas el club Samadoramas, de Telde y, el presidente era “ese aldeano”, porque era natural de la Aldea de San Nicolás, pueblo marinero en la zona norte de la isla de Gran Canaria.

Cuando Isidro conoció mi reportaje, una vez publicado en la revista, no necesité más tarjetas. Nunca habían llamado “la atención” de los medios de comunicación de Las Palmas y menos de una revista nacional. Nunca pensé que estas personas de Samadoramas, el club de Telde, podrían ser tan agradecidos. Después, me llamaban para todo y yo, encantado.

Gracias a Isidro Sosa, comencé a conocer la pesca en el mar y el corcheo mar, en particular. El recuerdo para Paco Candelaria, Juan Santiago Cruz, Jacobo León, Pedro Peraza, Félix Acosta, Cristian Calderin, Bentajuí García, Domingo Pérez, Enno Curbelo y no me puedo olvidar de Severino

Martín y aunque no los mencione en el reportaje, mi abrazo y cariño para todos los que conocí. Una lista interminable.

Más tarde, hasta la pesca en agua dulce con infinidad de competiciones a lo largo de toda la temporada en “los lagos” de pesca., que no son otra cosa que pequeñas presas y pantanillos. Sólo en Gran Canaria existe casi un centenar de ellos: la presa de Las Niñas, de Chira, Los Pérez, Ayaguares, El Mulato, Soria, Fataga, Candelaria…

Es tanta la cultura del agua en Gran Canaria, bueno, en todas las islas que, gota que cae es aprovechada al máximo para el riego y la subsistencia de cada población. Una maravilla.

Así nacieron “los lagos de pesca” con peces de agua dulce. Algo que nunca me podía haber imaginado antes de ir a las islas. Existen más de 150 presas, acequias o pantanos.

Allí comencé a pescar por primera vez el Black Bass, quedando totalmente impresionado con su pesca bella y que hizo olvidar, por días, la pesca e de la trucha en la península.

ISIDRO SOSA ARMAS, me tomó tanto cariño que no podía organizar nada sin contar conmigo, especialmente para presentar los eventos, entregas de premios y cenas anuales. La leche. Qué agradecidos son los canarios.

En cuando a Isidro como “amigo de pesca” poco puedo contar porque, mientras yo me dedicaba a pescar

en el mar a coche, o a cucharilla o popers en los lagos, él se dedicaba a organizar la competición y preparar las suculentas comidas a pie de lago o a la orilla del mar. Un embajador increíble que vendía su tierra amada de la mejor forma que sabía, mostrando sus encantos, sus bellezas y su sencillez de paisanaje.

Podría llenar un libro entero hablando maravilla de aquella tierra inhóspita que me sorprendió por su belleza agreste pero por su verdor en las cumbres. Nunca creí poder ir a castañas a las faldas de Valsequillo, donde las manzanas

también están presentes. Aquello es un paraíso donde en 30 minutos, por carretera, pasas del nivel del mar a cerca de 2000 metros de altitud, con unos “roques” impresionantes en terrenos abruptos y volcánicos como, el roque Nublo, Bentayga, Los Muchachos, roque Grande, roque Chico… todos ellos con historias y leyendas únicas traspasadas del ayer al hoy por “arte guanche”.

ISIDRO SOSA ARMAS, además de buen pescador y servidor de los amantes de la pesca, es una persona con mucho conocimiento de su tierra y lleva la pesca en el corazón, un corazón que casi le deja de latir. Primero, fue un marcapasos. Más tarde, llegó un corazón trasplantado

pasando “ese línea entre la vida y la muerte” para sentirse más esposo, padre y abuelo que nunca. Qué felicidad, hermano canario, el poder “sentir” tu latir cerca, aunque sea por teléfono.

Por eso y, deseándote siempre lo mejor, este “peninsular” te llevará siempre en su corazón recordando los momentos vividos. Aquellas “cervecita” en Melenara. Aquellas ensaladas con productos de la tierra. Aquel sancocho con mojo picón. Aquellos momentos inolvidables vividos a tu lado que nunca olvidaré y que espero repetir antes, que tarde.

 

Vaya para ti, toda tu familia, amigos que son la mayoría “mi otra familia de la pesca”,  mis cariños especiales donde “el pío, pío” resuena como si estuviese a tu lado en el estadio insular.

Con cariño de pescador, hermano canario.