LIBROS PUBLICADOS POR Eduardo García Carmona

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viernes, 26 de septiembre de 2025

Mis amigos de la pesca: JAVIER GARCÍA VARELA, un berciano enamorado de Asturias y la pesca...

 



JAVIER GARCÍA VARELA
, un pescador apasionado por la pesca a cucharilla y a “hormiga alada”…

Berciano de nacimiento y asturiano de adopción es un enamorado del río y la pesca tradicional

 

Texto y fotos: Eduardo García Carmona

 


Las estadísticas apuntan que, en Asturias, residen cerca de 80.000 leoneses, entre primera y segunda generación, la gran mayoría en Gijón.

JAVIER GARCÍA VARELA es un leonés nacido en Palacios del Sil, una de las zonas hermosas de El Bierzo que desde los nueve años acompañaba a su padre a pescar. Las noches anteriores a esas escapadas con su progenitor apenas dormía. En cuanto sentía a su padre, le faltaba tiempo para levantarse.


A los once años tuvo su primera licencia y, curiosamente,  conserva la segunda, guardada con especial cariño desde los doce años.

Comenzó pescando bogas en el río Sil, como una gran mayoría de niños de aquellos años del franquismo. Su primera trucha fue, casualmente, a cucharilla, una Mepts dorada con pintas rojas, del nº2, de pala larga, “estos datos son ciertos, ya que es la que usaba mi padre. Aquella mañana no se me olvida, yo pesqué tres, y mi padre una. Fue en el río Sil, en el pozo el Cabalón cerca de Valiña, hoy Tramo Libre sin Muerte de Valiña, creo”, apunta Javier.


A Javier García Varela, nunca le gustaba pescar a cebo natural, lombriz e insectos acuáticos. Con la cucharilla y “pluma a la leonesa” era suficiente para pescar durante toda una jornada. Cada arte tiene su momento y él los compaginaba magistralmente.

Pese a nacer en la zona minera del alto Bierzo, vivió con su familia en la localidad del Bierzo bajo, Bembibre. El traslado a Asturias no fue porque su padre fuese minero, si no ferroviario.


Por esta profesión, a su padre le destinaron a Gijón (Asturias) y en tierras del Principado comenzó una nueva vida, continuando con su afición a la pesca.


En Asturias
, reforzó su afición favorita con incursiones en el río Aller, el primero que conoció nada más llegar. Después, el río Color, entre otros muchos.

Pese a ser amante de la cucharilla y el mosquito ahogado, comenzó a utilizar la lombriz, compaginándola con la cucharilla.


Conoció en Soto de Dueñas, localidad de la zona de Infiesto, junto a la que discurre el río Piloña, a la persona que desde hace un montón de años comparte su vida. Desde entonces se convirtió en  “JAVI PILOÑA” para algún amigo y es que ha pescado tanto en este río que hasta las piedras le saludan cuando siente el pisar de sus botas en el agua, aunque Javier García Varela, aclara, fue una broma de nuestro amigo común, José María Lorenzo, nadie me conoce por Javier Piloña. Bueno nadie no, él y ahora tú”.


En tierras asturianas, y desde mi llegada en 2012 después de más de 40 años en León y ocho en Las Palmas de Gran Canaria, JAVIER ha sido un compañero de pesca ideal para conocimiento de los ríos y los peces del Principado porque, aunque los conocía desde mi niñez, llevaba muchos años sin pescar en los ríos asturianos y gracias a sus enseñanzas volví a pescar el Piloña, el Nalón, el Sella y hasta el río Color. Una maravilla.


Con JAVIER GARCÍA VARELA, he pasado jornadas inolvidables en el Ponga viendo “la procreación del salmón”, pescando en el río Purón, en el Sella… también en el mar, en el que se desenvuelve de maravilla, todo lo contrario que yo. He pescado hasta calamares y chipirones. En definitiva, he departido grandes momentos que me gustaría volver a compartir aunque, después de jubilado de ha asentado a orillas del río Sella, en Arriondas y ya se complica un poco más pero, Al tiempo.


Gracias, JAVI por enseñarme los mejores lugares de “tu segunda tierra” y compartir enseñanzas conmigo, especialmente del salmón y que continúes siendo como eres y montando “tus moscas de pesca”.



Por derecho propio, compartes esta sección de "mis amigos de la pesca".

sábado, 20 de septiembre de 2025

Mis amigos de la pesca: LUIS MEANA BAEZA “delineante del PARDÓN” y guía de pesca...




LUIS MEANA BAEZA
“delineante del PARDÓN”, guía de pesca, editor y articulista de revistas especializadas en pesca

Texto y fotos: Eduardo García Carmona

 LUIS MEANA BAEZA es un madrileño nacido en el mes de Abril de 1967, cuando la primavera comienza con sus primeros brotes verdes y los ríos presentan abundancia de aguas y peces ante el inicio de la temporada.

Es delineante de profesión, guía de pesca, editor, escritor de libros para la pesca y articulista para varias revistas importantes.

No conocía a Luis personalmente y, la verdad, es un encanto como persona.

Dos libros, el de LOS COTOS Y POZOS SALMONEROS DE ASTURIAS (2009 editado por LMB), del que es autor Luis, y el de “DÓNDE Y CÓMO PESCAR EN LEÓN” (2008 Ed. Reino de Goneril), cuyo autor soy yo. Dos libros que nos intercambiamos en Asturias, nos han unido en la distancia larga y en la corta.

Dedicatoria
Todo comenzó en la distancia larga, vía teléfono. Quedamos en Asturias para ir a pescar al río Narcea. El día elegido fue un 25 de Agosto, no lo olvidaré nunca.

La distancia corta comenzó el día que nos conocimos en persona. Fue ese 25 de Agosto, a las ocho de la mañana, en el bar restaurante La Vega, próximo a la localidad de Peña Ullán, dirección Soto del Barco a Pravia. Nos acompañaba mi buen amigo, Benigno Sánchez “Beni”, que fue testigo de la jornada y fotógrafo.

Tras los saludos y un café, nos dirigimos a Puente Quinzanas para ver como bajaba el río Narcea. El estado no podía ser mejor con buen caudal, buena temperatura, sobre los 20º. Llegó hasta los 24º a lo largo de la jornada, con cielo cubierto y amenaza de agua, tormenta. Sólo faltaba que los reos se pusieran a tiro y entrasen a nuestros engaños.

Dejamos el coche al lado del campo de fútbol y, mientras Luís terminaba de confeccionar el bajo de su línea, Beni preparaba su caña con mosquito ahogado, saliendo rápidamente camino del río. Unos minutos más tarde salí hacia el río sin esperar a Meana.

Cuando llegó Luís al tramo de pesca, me encontraba en medio del río lanzando la cola de rata hacia unas raseras donde había conseguido pinchar un par de truchillas. La orilla de enfrente tenía un aspecto sensacional. Hacia allí me dirigí mientras Meana se situaba en la tabla superior a la mía. Conseguí  pinchar otras tres truchas más y sólo pude sacar una de unos 20 centímetros, devuelta al agua. Los reos no aparecían.

Subimos los dos hacia el pozo “El Regato”. Allí, una hermosa tabla con entrada y salida en un pozo. Un buen árbol caído presidia parte de la tabla. Desde la orilla, en la parte inferior de la tabla, comenzamos a ver los primeros reos. Uno, dos, tres nos enseñaron las colas. Estábamos nerviosos, ansiosos. Los salmónidos repetían sus movimientos. Me quedé al final de la tabla donde uno de los reos continuaba “pavoneándose” frente a mí, a unos tres metros de unos árboles caídos que había en la orilla opuesta. Luís, se fue a por los otros reos que se movían más arriba.

Con sigilo, mucho sigilo. Sin prisas y pisando el agua con mucho tiento me fui acercando a la zona donde el reo seguía enseñando su cola. Parado a unos diez doce metros, observaba las evoluciones de la postura del pez. Me decido a soltar cola de rata y a mover la caña. Primer lance y nada. Segundo lance, tampoco. Cambio el pequeño
tricóptero con el que siempre comienzo a pescar y que tan buen resultado me da siempre y coloco la “irlandesa”, mosca que me regaló Manolo Caneda y que trajo en uno de sus viajes de pesca a aquellas tierras, mosca en la que tengo depositada mucha confianza. Tampoco. El reo subía, se movía pero no a la mosca presentada. Cambié a “La Palomino” de Coll. Tampoco. Al final el reo desapareció y desistí. ¡Qué listos son!

Por encima, Meana, tampoco conseguía su propósito.

Mientras él subía aguas arriba, me quedé observando la zona donde estaba pescando en “El Regato”, frente al árbol y de repente un “obús” sale del agua y se eleva unos dos metros por encima para volver a caer en el Narcea. Era un hermoso reo saltarín que había salido a ponerme los dientes largos. La estampa fue maravillosa pero, sólo fue estampa pues el reo no volvió a repetir y ni siquiera moverse o enseñar la cola.

Dejamos de pescar sin poder llevarnos “un reo”, el príncipe del río a la caña. Otra vez será.

El segundo libro de éste madrileño, EL PARDÓN DE MEANA Y LA PLUMA DEL GALLO DE LEÓN (2011), ha sido fruto de muchos años de investigación e incluso se ha publicado en inglés para el gran mercado norteamericano. Ambos libros se pueden conseguir en www.cotossalmoneros.com, él mismo es editor de sus obras.

MEANA es una persona de semblante plácido y jovial que inspira confianza a sus interlocutores. Su expresión facial es llamativa conduciendo los ojos como una chispa hacia su objetivo. Si la mirada es hacia una persona, se recrea, la

observa, la analiza, después llegará la amistad pero, primero hay que convencerle de que eres merecedor de ella. Si la mirada es hacia el río, el objetivo no será otro que el de admirar la belleza natural de una tabla y sus movimientos a ras de agua y por encima de ella, incluso, por debajo.

Ejercía como delineante profesionalmente y en la naturaleza sabe trazar líneas maestras de lo que es su pasión y profesión actualmente y durante toda su vida, LA PESCA. 

Sueña de todas las formas posibles con la “reina de los ríos”, también con “el príncipe” y el “el rey”. Para Meana, los salmónidos: trucha,


reo y salmón, son un sueño en blanco y negro y, también, en color. Son su pasión, su amor, su encantamiento.
Para acercarse a estos tres objetivos, Luís, sabe confeccionar su propia “medicina”, esa que le hará lograr el objetivo, venciendo el encantamiento natural que lleva el agua.

Es un pescador delicado, casi perfecto en la naturaleza, a la que admira y de la que se muestra como “un devoto” con sus santos.

Lo malo no es que viva en Pinto, si no estar entre éste y Valdemoro, algo que no suele hacer en su vida cotidiana. Sabe estar en Pinto y en Valdemoro, en Asturias y León o en cualquier lugar del mundo porque para eso ha hecho profesión de su pasión y guía a pescadores, no sólo de España, sino de medio mundo. Le encanta estar siempre a un lado, al lado de sus compañeros de pesca y al lado, en el otro extremo, de los peces.

De Pinto, es un campeón dentro del mundo de las dos ruedas, Alberto Contador, y este otro “paisano de la caña”, con sus libros publicados, ha sabido dar a la afición a la pesca del salmón y reo, también, de la trucha, en Asturias, lo que dicho ciclista de la misma localidad le dio a la afición en España y el mundo.

Gracias LUIS MEANA BAEZA por compartir conmigo un par de jornadas de pesca en el río Narcea, junto a mi gran amigo, BENIGNO PERFECTO SÁNCHEZ FERNÁNDEZ (Dep). 

Gracias por mostrarnos los ríos y cotos de Asturias, así como esas plumas de los gallos de León con las que confeccionas una mosca singular y única, EL PARDÓN DE MEANA, con nombre y apellido.

viernes, 12 de septiembre de 2025

Mis amigos de la pesca, ANTONIO ANTÓN SANTOS, un pucelano maestro en el río y la vida...

 



ANTONIO ANTÓN SANTOS
, un pucelano pescador en “la corte del rey salmón, la reina trucha y el príncipe reo”

 

Texto y fotos: Eduardo García Carmona y Antón Santos

 


Tiene cara de buena gente, mirada fija y semblante jovial, que nos muestra a una persona sencilla, honesta y sincera. Además, es valiente y directo, no se anda con tapujos y le dice “al pan, pan y al vino, vino”.


ANTONIO ANTÓN SANTOS
, es un vallisoletano, nacido en 1954 y, antes de que acabase la década de los cincuenta del siglo pasado, tuvo que irse con su familia a tierras vascas, concretamente a San Sebastián, al barrio de Loyola, junto al río Urumea.


Como muchos niños de entonces en Las Vascongadas, que así se decía antes, comenzó a pescar anguilas con alfileres doblados, pita y una bujía de plomada.

Antonio, recuerda un día que su madre le puso “de punta en blanco” para ir a misa bien peinado y con una camisa blanca. Como le gustaba


tanto ir al río, llevaba el aparejo en el bolsillo y con su amigo, José Antonio, se fueron a pescar junto al frontón. Nada más lanzar el aparejo, me contó,  le picó una anguila enorme, que sacó del agua. Tan contento estaba que, con la anguila en la mano, se fue a casa  y nada más verle su madre, (cómo estaría de fango), cogió el preciado trofeo y lo tiró al río otra vez. Eso le dolió más que los zapatillazos que le propinó posteriormente.


A ANTÓN SANTOS le conozco desde hace un montón de años, solamente nos veíamos dos o tres días al año y era en la Semana Internacional de la Trucha de León. Pese a esto, me encuentro facultado para contarles lo que les he contado hasta el momento, y calificar a Santos, de lo que su propia apellido dice de él: “es un santo”, así lo aseguran sus amigos y compañeros de pesca y el mejor certificado fue el Premio a la Deportividad que le concedió la Semana Internacional de la Trucha de León, en su XXXVII edición.


En el río es un “nutria” con una visión del entorno que le convierte en “lince”. Si Antón dice, “hoy las cosas no van a rodar bien”, lo mejor es comer el bocadillo, admirar el río o jugar la partida.

Es un conocedor de los ríos de Castilla y León como hay pocos, especialmente de Palencia, Burgos y León. Está enamorado de los ríos de la cornisa cantábrica.


Ha viajado a La Patagonia Argentina y chilena, Canadá, Polonia, Alemania, Austria, Noruega, Francia y Portugal y, aunque tiene ganas de seguir viajando fuera de España, los años comienzan a ser un gran obstáculo. Pese a esto, no olvida su río Pisuerga por la zona de Alar o Villaescusa cuando por aquellos años 80 daba sus buenos “frutos” a los aficionados.


Por su nobleza y corazón es conocido como el “gran amigo del río y de los pescadores” y si alguien solicita su ayuda, allí estará este “santos” en plural, porque no es un santo singular, es mucho más. Es “genuino” y se lo pueden preguntar a quienes lo conocen, sin falta de ser amigos, ni compañeros de cuadrilla de pesca.


La dinastía de los Antón continúa
con dos varones, que son pescadores, no así su hija. ¿Por qué será tan complicado que las mujeres salgan a pescar al río?

Ha sido un buen pescador de competición aunque se considera, ante todo pescador y reconoce que lo de la competición fue un descubrimiento interesante para él.


En los años 70 no había vídeos o revistas especializadas en pesca y había que hacerse autodidacta observando en el río a los sabían más.


Fue en 1992
cuando la federación de pesca de Castilla y León trajo a España al polaco, Rayjard, para que mostrase las técnicas de pesca a ninfa en el río Carrión, concentración a la que acudí invitado en el Monasterio de Santa María de Mave, en Palencia. Fue una gran experiencia personal para Antonio y, de manera especial para mí.


Reconoce que tuvo buenos profesores que le encaminaron en el manejo de la caña de 9 pies en el lance de sedal pesado y asegura que, todavía a sus años continúa perfeccionando la técnica porque nunca se termina de aprender.


Conoció a Rafael del Pozo Obeso
y del desaparecido pescador, escritor y criador de gallos, se quedó con la frase: “la continuidad en el movimiento crea un estilo propio”,  y eso es lo que ha intentado Antonio Antón para no tener malos vicios al lanzar el sedal pesado.


Lo primero para él fue el río, luego los mosquitos para pescar truchas y los gallos de León. Los sufridos gallos de pluma para la pesca, a quienes cada tres meses les arrancan las plumas para hacerles un “control sanitario” o algo así para que los pescadores se diviertan.


Cree que siempre merece la pena quedar con los compañeros para disfrutar de un día de pesca, dando igual el resultado al final de la jornada porque lo importante es el contacto con la naturaleza y disfrutar de la compañía aunque, reconoce que le gusta estar sólo en el río y pensar en los amigos que ya no están.


Fue un buen montador de moscas y ninfas pero,  por la vista, falta de tiempo y pereza, ahora pesca con las que hacen algunos amigos y, en especial,  su hijo César.

León sigue siendo y es el paraíso de pesca en España, tiene los mejores ríos y  aunque le gustan los ríos de montaña como el Luna o el Curueño, reconoce que una jornada de pesca en el río Órbigo lo cura todo.


ANTONIO ANTÓN SANTOS
tiene grabada en la memoria una trucha que pescó a cucharilla en Saldaña. Era novato en esta modalidad y fue tan tremenda la picada que casi se le sale el corazón de la caja, me decía. Aún recuerda la fecha, 7 de abril de 1974, y pesaba 400 gramos.


El pucelano, ANTONIO ANTÓN SANTOS está por derecho propio en éste apartado de mis amigos de la pesca. Gracias maestro por la amistad y sabiduría pesquil.

Mis amigos de la pesca: RAFAEL DEL POZO OBESO, 16 años después de su trágico final en Cayo Coco (Cuba)...

RAFAEL DEL POZO OBESO , un amante de los ríos de León y Palencia, enamorado de los Gallos de León y autor de un gran libro MOSCAS PARA LA PE...