Zapa lanzando en la Figal con la caña salmonera de dos manos |
Adiós a 2024 que se llevó a varios amigos de la pesca, entre ellos al inolvidable, FRANCISCO J. HERRERO MENDIONDO “Zapa”…
…
y bienvenido 2025
“Cantabria
es infinita” como el Asón, río emblemático de su tierruca
El Máster de Campeones en Cantabria, primero y Asturias, después, fue una prueba pionera que sacó adelante con un buen equipo humano y mucho empeño
Esta
frase le define: “Pescar a cola de rata
es como ser el director de una gran orquesta donde la caña es la batuta, las
piedras y la vegetación, los músicos, y el agua y el viento son la coral”
Texto
y fotos: Eduardo García Carmona
Hacer un perfil a una gran persona y enorme pescador, como era este montañés que tenía un curriculum deportivo de pesca que asustaba, puede ser de todo, menos complicado.
FRANCISCO JAVIER HERRERO MENDIONDO “Zapa” venía de vuelta en esto de la pesca, especialmente la pesca a sedal pesado o cola de rata. Ha sido uno de los primeros españoles en saborear los éxitos de esta modalidad.
Le conocí hace unos cuantos años como participante de La Semana Internacional de la Trucha en León pero, hasta 2009, no pude más que mencionarlo ante el micrófono por sus éxitos dentro de ella. Es más, llegó a decirme que cuando diese su nombre en la gala final, en la entrega de premios y distinciones, si no decía después de su nombre y apellidos “Zapa”, no saldría a recoger el premio. Así era el Sr. Herrero Mendiondo y desde aquel
momento, año 2009 en el que fui pregonero de LA SEMANA, no he dejado de ser su amigo, algo de lo que enorgullezco. El acercamiento ocurrió en el Hotel Quindós de León. Allí, desayunando en una jornada en la que ambos pescaríamos en los ríos leoneses, departimos y, como la mayoría de los pescadores, conectamos.
Me habló de su Máster Internacional de Campeones en el río Asón y al año siguiente me hizo pregonero y presentador de ésta prueba. De sus idas y venidas por España, Europa y por todo el mundo. Me contó maravillas de unas aguas cristalinas, de ríos
magníficos, de orillas salvajes y fondos pedregosos donde se esconden las truchas. Se le llenó la boca al pronunciar Ampuero y los cotos emblemáticos de su río Asón: Arredondo, Negrillo, Batuerto, Cuende…de las truchas y el salmón y del reo. ¡Que pasión por su tierra! ¡Que pasión por la pesca!
Aunque metido en años no los aparentaba y es que ZAPA era un auténtico deportista y casi nació con pelo blanco por eso no parecía mayor.
A atravesó momentos precarios de salud pero, con la ayuda de un gran cuadro médico, toda su familia y amigos
junto con la virgen de La Aparecida “salió del túnel” en varias ocasiones.
Su mirada fija y penetrante le hacían ver lo que tú no veías. Sabía observar y su bigote “nevado" le servía para imponer respeto y seducción a quien le miraba. Esos rasgos duros de su faz y su frente despejada no asustaban, todo lo contrario pues, por regla general, Zapa, tenía la sonrisa pintada en
sus labios y en la expresión de su rostro. Una expresión de dulzura con la que irradia bondad, como cuando después de pelear una captura, la acariciaba, la besaba y la devolvía a su entorno natural.
Su destreza con la caña quedaba demostrada, y queda, en un amplio dossier o curriculum como pescador
(ha estado en campeonatos del mundo, de Europa, campeón de España en dos ocasiones, etc.) también, montador de moscas y si a ello unimos su destreza dando ánimos y consejos sin guardar secretos para nadie, hacen posible que el buen “cantabrón” haya sido, también, un buen amigo del
pescador deportivo. Por ello, no será difícil que un día te lo encuentres en cualquier río de su tierra cántabra a la que adoraba, en León o por Asturias, te observe y se acerque a ti dándote un consejo, como se lo dio a LORENZO MILÁ viéndole pesca en Cantabria: “cambia de mentalidad. Estos ríos son más difíciles. Las truchas están ahí mismo, debajo de cada piedra, pero son más desconfiadas porque tienen menos protección. Hay que dejar la mosca con toda la suavidad del mundo”
Desde que pasó en un par de veces por el quirófano con situaciones complicadas, prácticamente no volvió a salir al río. Fue esta última temporada, junto a su inseparable ANUCA, la última que pescó pocos días pero salió a pescar que ya era la mejor medicina pero, se nos fue.
Para saber cómo era ZAPA, con una frase suya es suficiente:
“Pescar a cola de rata
es como ser el director de una gran orquesta donde la caña es la batuta, las
piedras y la vegetación, los músicos, y el agua y el viento son la coral”.
Gracias ZAPA por aceptarme como amigo dentro del mundo de la pesca y un fuerte abrazo de ánimo y cariño. Dios “el todo poderoso” que está con San Pedro, el amigo de los pescadores, velará por ti y te acompañará en las andanzas por los ríos celestiales.
Zapa, Fco. J. Herrero Mendiondo (DEP) |
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