PEDRO GARCÍA TRAPIELLO, periodista, escritor y artista con el pincel
“Un
asturiano de Manzaneda de Torío” contador de historias, pescador pero no
“tontolaba”…
Texto
y fotos: Eduardo García Carmona
El apelativo de “asturiano de Manzaneda de Torío” es por su querencia hacia Asturias en la que vivió y estudió años durante su adolescencia.
PEDRO GARCÍA TRAPIELLO nació en Manzaneda de Torío (León) y siendo de un pueblo donde la sebe crece por los caminos como separador natural de las fincas y prados o junto al río, es natural que sea hombre de “tranca y retranca” conocedor como pocos de lo que ocurre a los aldeanos y al urbanita de la ciudad. Trapi, lo sabe contar como pocos lo pueden hacer y por conocimiento propio. Lo cuenta tanto con pluma como con una voz poderosa y “aguardientosa” que le hacen único. Y encima pesca y sabe pescar.
Trapi es conocedor de los ríos de León como pocos. Fue autor de la serie LOS RÍOS DE LEÓN, una colección de videos con todos los cursos de agua de la provincia leonesa que, en muy pocos hogares dejó de estar. Fue una de las épocas doradas de la prensa escrita porque, al menos una vez a la semana se “agotaba” la tirada del diario buque insignia de León que se convirtió en lo más esperado de los pescadores y, en León, por entonces “era un montón”.
Siempre lo he reflejado en mis escritos de pesca o en presentaciones de tan ilustre compañero en los medios cuando me ha tocado presentarle o en algún evento. Trapiello es una vida paralela, a la vivida por muchos niños nacidos en los años 50 del siglo pasado. La manera de estudiar era o bien con “los curas”, como vulgarmente se decía, o porque la familia tenía “cuartos”. Él, por Lastres (Asturias) y quien esto escribe, en el pre seminario en Oviedo y Covadonga, después.
El caso es que conocí a Pedro en su propio domicilio, o en el de sus padres, próximo al cine Abella de León. Fue en compañía de mi compañero en La Voz de León, Severiano Montero Aparicio que, al igual que Trapi, colaboraban en el Diario Pueblo de Madrid como corresponsales en León. Ya llovió. García Trapiello además, llegó a colaborar en todos los medios de comunicación social de León, prensa, radio y televisión configurando un aglomerado de “tablas” en la profesión que pocos tienen. Por si fuese poco, hasta con el séptimo arte ha tenido que ver.
De aquellos años, quedó una amistad que aún hoy perdura y, aunque no somos de café diario, de vez en cuando, nos volvemos a ver en charlas o presentaciones o en Los Filandones de aquella Semana Internacional de la Trucha de León, la auténtica. Por cierto, sólo dos personas
han repetido pregón a lo largo de los 56 años de historia de La Semana Internacional de la Trucha, el francés, Guy Roques y el leonés, Pedro García Trapiello. Cada pregón muy superior al anterior y mira que eran buenos los primeros. Aquí, “segundas partes” han sido mucho mejores.
Pedro, realizaba como experto pescador y periodista, la información de pesca de Diario de León, el antiguo periódico que se confeccionaba en una calle próxima a la catedral de León (Pablo Flórez) y, en un sorteo de cotos de pesca en la antigua delegación de ICONA, en la calle Ramón y Cajal, fue cuando me ofreció la oportunidad de
escribir de pesca. Ese día ha quedado marcado en mi trayectoria profesional porque, al final con casi 50 años escribiendo de pintonas y ríos, creo que me he “doctorado” contando historias de ríos, pintonas y pescadores. ¿O no, Trapi? Al menos el aprecio lo noto hasta en sus dedicatorias.
Lo que se dice pasar jornadas de pesca juntos, no hemos podido celebrar las que nos hubiera gustado, algunas sí y coincidiendo con eventos.
Trapiello es un pescador de “pueblo”, un auténtico ribereño al que le gusta llevar truchas para casa y no quiere entender de “las chorradas”, como él apunta algunas veces, de lo que llamamos pesca sin muerte. Y no es que le guste “matar, por matar” pero están tan ricas en la sartén, como en alguna ocasión ha comentado, que como para devolverlas al agua con lo que cuesta sacarlas. En parte tiene razón y por eso la Administración, pese a la ley protectora promulgada en su día, dejó un resquicio abierto para que algunas se puedan llevar a casa.
El progenitor de este pescador de Matallana de Torío, fue pescador a “chapuzo”. Sacaba las truchas de las cuevas o entre las rocas, llegando contar Trapi una historia en El Filandón donde, al bajar a sacar unas truchas en una cueva, se derrumbó y casi no sale pero, lo hizo con un truchón enorme en sus manos.
Pedro me ha aconsejado alguna zona de pesca porque es amante, como quien esto escribe, de la pesca en los ríos naturales y de montaña. Si el río Torío es el que primero conoció, después fue el Curueño, Luna, Omaña…
PEDRO GARCÍA TRAPIELLO ha escrito de todo pero, especialmente, siempre tiene presente en sus textos, la denuncia por temas de naturaleza y los “sacrilegios de ingenieros” que canalizan los ríos convirtiéndolos en todo menos en ríos porque para él, como para muchos otros, los ríos naturales tienen que serlo guardando recodos y escondiendo sebes y arbustos que enraícen las orillas para que las crecidas no se lleven la tierra fértil de huertas y prados.
Trapiello, tiene lenguaje de pueblo en sus artículos y gusta de serlo. Con muchos de ellos, su editor ha formado un libro sin desperdicio “AL RÍO Y POR AHÍ” (Lobo Sapiens), con prólogo de otro grande de León, Antonio Colinas. En él cuenta historias amenas, divertidas y críticas del acontecer
diario en León y provincia con un gracejo “de pueblo” y con la chispa de un aldeano muy de ciudad. Así, como aviso a navegantes Pedro puntualiza que “por ahí no bajan solamente las aguas bravas y afamadas que nombran a las tierras leonesas, sino algunos calderos de lágrimas de furia o de emoción que se me escaparon de un corazón empantanado cada vez que me acerqué a sus orillas agrestes o emponzoñadas”.
Con esta cita de su propio cuño queda expresado el sentir de éste pescador, periodista, escritor y hasta pintor porque, PEDRO GARCÍA TRAPIELLO, lo es “casi todo”, especialmente, amante de León, que no de todos los leoneses porque recogería un espectro demasiado amplio y todos tenemos nuestros resquemores por acciones u omisiones, ¿verdad? Y como dices muchas veces “tiran a dar, tontolaba, entérate…”
Gracias Pedro y que continúes muchos años “perreando” por esos ríos de León sin ser un “tontolaba” que haberlos haylos…