FRANCISCO JAVIER DE CABO SÁNCHEZ, salmantino de Pedrosillo el Ralo, el pueblo de las mejores lentejas de España
Es
uno de los fundadores del C.D. “Mosqueros del Tormes”, escribe libros de pesca
y en La Gaceta de Salamanca
Texto
y fotos: Eduardo García Carmona y Fco. J. De Cabo
Francisco JAVIER DE CABO SÁNCHEZ es un salmantino enamorado de la pesca hasta la médula.
La
definición, “pescar es
compartir, soledad, camaradería, compañerismo, reflexión, sensación de libertad
y en último extremo sensación de victoria, victoria sobre un magnífico oponente
y amigo, al que aprecia y mima que no es otro que el pez.
Pescar es poder llegar a sentir el inmenso placer que produce, en un acto espiritual y de fe, poder devolver en su hábitat capturado en las mejores condiciones para que pueda volverá vivir, a nadar, para poder volverlo a pescar…”
definición realizada en la página 135 de su libro BARBOS A MOSCA EN SUPERFICIE Y OTRAS CUESTIONES SOBRE PESCA, editado en 2021 con el patrocinio de la Diputación de Salamanca, me ha llenado tanto que, además de ser lo mismo que uno siente, está explicado desde lo más profundo de pescador amante de la naturaleza.
Javier aún tiene metida en la cabeza su primera caña de pescar. Fue su abuela quien se la regaló, traída desde Barcelona. Se trataba de una caña Grauvell, un carrete y cuatro cucharillas. Era de color verde, en dos tramos, que el dependiente le preparó a la abuela con todo el cariño del mundo, después de que ella le dijese que era para su nieto, para pescar en el río Tormes.
JAVIER DE CABO, nació a finales del mes de Junio, un día 23, del año 1959, en un lugar de la comarca de la Armuña salmantina donde se cultivan las mejores lentejas de España y el extranjero: Pedrosillo El Ralo. Es un charro de pies a cabeza, aunque ha vivido casi más fuera de Salamanca por motivos de trabajo.
Ha recorrido media España por tener un trabajo en la Administración del Estado: Cataluña, País Vasco, Madrid y Canarias fueron algunos de sus
destinos.
Su rebeldía juvenil se convirtió en ilusión y cariño por la familia y la pesca.
Los primeros encuentros con el río Tormes fueron gracias a la abuela y su caña viajera pero, aunque sin antecedentes familiares de
aficionados al río y los peces, pudo acudir a la orilla de su río todos los domingos. Sus padres sabían dónde encontrarle cuando se olvidaba, incluso, hasta ir a comer.
Como muchos pescadores de la época, posteriormente a la que le regaló su abuela, y con sus ahorros adquirió una caña de bambú que pesaba más que él. Tenía cuatro tramos de poco más de metro, cada uno, con un carrete Sagarra de los primeros.
Al cumplir los 18 años, JAVIER DE CABO, comenzó a pescar sus primeras truchas, en Alba de Tormes. Curiosamente, el primer ejemplar de trucha lo consiguió en el río Tera (Zamora), antes de entregar sus aguas en el lago de Sanabria. Se encontraba en una acampada con los amigos y tenía 16 años.
Tomás Herrero Gil (Maxi), fue su primer compañero de pesca. Después, Juan Carlos López, doctor que trabaja en la clínica La Paz como cirujano pediátrico en trasplantes de piel, en quemados. Con Dionisio Cardoso Muñoz (Dep) volvió a la pesca a cucharilla y tras conocer a PACO REDONDO, su filosofía de la pesca dio un giro de 360º. JAVIER DE CABO, dejó a un lado “el hierro”, aficionándose a la mosca seca. Menudo maestro se echó.
Con Paco Redondo ha aprendido a hacer moscas, caminar por el río, ver cosas que antes se le escapaban a la vista, aprender entomología, ha comenzado a escribir reportajes de pesca en La Gaceta de Salamanca, haciéndose un gran especialista en conocimientos y con forma de escribir sencilla e interesante.
A JAVIER DE CABO SÁNCHEZ, tuve el placer de conocerle, pescar y disfrutar de su compañía junto a otros compañeros de pesca, los que fundaron el “Club Mosqueros del Tormes” en varias jornadas en el río Tormes y en el embalse de Santa Teresa donde disfrutamos de lo lindo junto a niños con dificultades motoras y psíquicas. Aquella jornada no la olvidaré nunca, fue una maravilla. He coincidido, también, en tierras leonesas pescando en el EDS de Santa Marina en las jornadas del club Mosqueros, al que pertenezco.
Hemos coincidido en diversos eventos de pesca y naturaleza dando conferencias e, incluso, viviendo por entonces en Las Palmas de Gran Canaria, tuvo el detalle de llamarme en sus días de vacaciones familiares y disfrutar de su compañía.
Su libro se ha convertido en un tratado muy interesante de como pescar este pez, haciéndolo en
superficie y, con una serie de moscas que presenta en fondo y forma. Paso a paso, Javier, pone al alcance de todos los pescadores cómo construir moscas para este tipo de pesca y como utilizarlas.
Insectos terrestres como escarabajos, insectos voladores como hormigas y otros que caen al agua de los embalses o pantanos que viven y se desarrollan dentro de sus aguas.
Es un pescador DEPORTIVO, en mayúsculas que se involucra en la enseñanza de la pesca y sus valores entre los más jóvenes, mostrándoles todos los lados de lo que es la pesca y como amar la naturaleza.
También narra vivencias de sus jornadas de pesca de barbos, especie endémica de la península Ibérica, algo menospreciada por los pescadores habituales de los salmónidos, dejando ésta especie a la altura de los salmónidos por su poderío al tomar los engaños y la nobleza en la lucha.
Nobleza y lucha por la pesca y la naturaleza como la que tiene siempre presente Javier, colaborando en múltiples jornadas de limpieza de cauces, naturaleza y jornadas de concienciación con niños y mayores.
JAVIER DE CABO SÁNCHEZ es un servidor de medio natural al que intenta cuidar como a sus amigos y familia. Un estudioso de todo “lo que se menea” en el agua y fuera de ella que, posteriormente, muestra a generaciones futuras intentando que el bien preciado que tenemos, no se nos vaya de las manos como otras muchas cosas que están desapareciendo.
Gracias estimado Javier por haberme ofrecido tu amistad y ser como eres, noble sencillo, honesto y trabajador por y para la naturaleza tal y como informas semanalmente en La Gaceta de Salamanca.
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